lunes, 5 de octubre de 2009

Por fin ha llegado el tahúr

Ahora sí que el adios es definitivo. Me decanté por Wordpress en lugar de Blogger; estuve mirando las diferentes plantillas y las posibilidades de cada una; me decidí por una de ellas; la revisé a fondo, viendo lo que podía hacer y lo que no; he añadido un usuario de twitter para hacer más fácil el seguimiento...

Finalmente, tras un par de semanas haciendo pruebas, ayer dejé el primer post redactado y hoy ha quedado inaugurado el nuevo blog. Procuraré actualizarlo con regularidad y no extenderme demasiado en las entradas. Al no estar vinculado a ningún proyecto, pasa a ser un blog enteramente personal con el que tendré plena libertad de temáticas.

Señoras y señores, sin más preámbulos les presento...

domingo, 6 de septiembre de 2009

Próximo cierre

Llevo ya mucho tiempo pensándolo. Quiero cerrar este blog.

En realidad, no es que quiera cerrarlo, sino que quiero cambiar de blog. Como saben, la premisa principal de esta bitácora era servir de plataforma a Un día en la vida. Por supuesto, y ya que el programa se grababa sobre todo en verano (y alguna emisión suelta en primavera u otoño), alternaba las entradas referentes a UDELV con otras de contenido variopinto. UDELV acabó el verano pasado, con la intención de quedarse únicamente como podcast de internet. Sin embargo, ese proyecto se quedó en vía muerta.

Dado el título del blog, y aunque acabé metiendo frikadas, opiniones y demás, muchas veces me he cuestionado si el contenido que escribía no se estaba yendo de madre. Barajé la posibilidad de repartir cada tipo de contenido en un blog diferente: uno para tonterías, otro para internet... pero si apenas actualizo un solo blog, mucho menos dos o tres diferentes.

Así que he decidido abrir un blog nuevo de carácter personal. Todavía no ha arrancado, ya os avisaré cuando lo tenga funcionando. Supongo que ese aviso será la última entrada de esta página. Aún tengo que buscar un nombre, algo lo suficientemente genérico como para permitirme divagar de lo que yo quiera sin sentirme coartado por un título demasiado específico. También quiero que sea un nombre corto y fácil de recordar.

Entre los objetivos del nuevo blog están estos:

  • Hacer entradas más breves. Sí, esto va a ser todo un reto. Y si puedo escribir más a menudo, aún mejor.

  • Mejorar los aspectos de trackback. Posiblemente no me cite nadie en sus blogs, pero tengo la sospecha de que los trackbacks no funcionan, y pudiera ser porque alteré la plantilla original en su día.

  • Optimizar las posibilidades de seguimiento. Por increible que parezca, sigue habiendo un número regular de visitas, apenas una decena, cada día. Aunque nunca dejen comentarios. Puede que sean los cuatro de siempre entrando cada dos por tres en la web para ver si hay algo nuevo, no sé. Con tanto dos punto cero en boca de todos, y tanta red social suelta, hay que permitir opciones para compartir el contenido.

Una vez que tenga el nombre, haré un par de pruebas para ver la versatilidad del blog y sus posibilidades. Cuando esté en funcionamiento ya os diré. Calculo que unos quince días o así. Este blog no desaparecerá, para que podáis descargar desde aquí el contenido que hay, como los programas de UDELV, las novelas de Vade Retro! y algunos artículos.

Hasta pronto.

jueves, 30 de julio de 2009

En UDELV éramos pioneros

Otros años, a estas alturas de verano, ya estaría en Villanueva de los Infantes preparando la temporada estival de nuestro muy querido Un día en la vida (UDELV), ese programa desenfadado que alternaba sesudos análisis de clásicos como el Quijote o La Regenta con noticias curiosas que versaban sobre cervezas que hacían que los pechos de las mujeres aumentasen o que producían erecciones de 24 horas.

Aunque vosotros, queridos lectores, descargáis el programa ya editado y sin pausas, sabéis que entre sección y sección poníamos algún tema musical para dar una pausa a los oyentes de la radio y de paso descansar nosotros un poco y preparar el contenido de la siguiente parte. Se nos puede escuchar en muchos de los programas hablar de la canción que íbamos a poner; y cuando empezamos a dejar todos los programas grabados para subirlos posteriormente al blog, evité en la medida de lo posible que las voces pisaran las canciones, para que después la edición quedase lo más "limpia" posible.

David y yo solíamos aportar dos temas cada uno. En ocasiones intentábamos que los temas tuviesen relación con el libro o autor que tratábamos en Vida y milagros o con algunas de las noticias que comentábamos. Otras simplemente poníamos lo que nos venía en gana y no se podía escuchar a otras horas en la emisora. Mientras que yo tiraba más hacia el rock, David era más hiphopero, pero también tenía un repertorio más variado. A veces simplemente ponía auténticas frikadas. De haber seguido en antena, habríamos acabado poniendo al Reno Renardo.

Sin ir más lejos, en el programa dedicado a Alatriste, el primero de la temporada del pasado verano, David nos dejó esta perla cantada por el Trío Zapatista: Paracetamol. Y mira qué sorpresa cuando ayer, veo que ponen el vídeo en el programa Sé lo que hicísteis. No está mal, casi un año después. Así que me alegré de saber que en UDELV nos adelantamos tanto a los medios convencionales. Pues nada, aquí os dejo con el vídeo de Paracetamol. Y pensar que para el programa llegué a entrevistar a Espido Freire...

miércoles, 29 de julio de 2009

Anuncios por triplicado

España no puede presumir de ser un país pionero en el panorama televisivo. Y no me refiero a los contenidos, sino a las plataformas. A los dos canales públicos se les sumó una televisión autonómica en los 80, pero eso sólo en algunas comunidades (en otras, como Castilla-La Mancha o Extremadura, se tardó otros diez años o más en tener una televisión regional). Las tres privadas comenzaron en 1990, de las que sólo una, Canal + se acogió a la fórmula mixta de financiación por publicidad y pago por abonado. (Por cierto, comparad las primeras imágenes de Canal + con el vídeo presentación de Tele 5. Sin comentarios.). En cuanto al cable y el satélite, tampoco tuvieron un papel destacado frente a las televisiones generalistas, y de hecho, las dos plataformas de TV digital por satélite (Via Digital y Canal Satélite Digital) tuvieron que fusionarse debido a las pérdidas que tenía la primera de ellas al no haber mercado suficiente para las dos.

Pero, como se puede ver, el panorama ha cambiado mucho desde esos dos canales únicos (y públicos) que había en los 80 hasta la situación actual. La banda ancha ha potenciado en parte la oferta de televisión por cable, y ahora los operadores de telefonía nos ofrecen además la posibilidad de contratar canales televisivos. Y cómo no, el famoso apagón analógico y el consecuente tránsito a la no tan maravillosa Televisión Digital Terrestre.

La situación se ha vuelto muy complicada para una televisión que hace unos años estaba acostumbrada a reunir ante la pantalla audiencias millonarias y a gozar del privilegio de un público con escasa o nula segmentación. Además de la multiplicación de canales televisivos, surgen nuevas formas de acceder contenidos audiovisuales, como el móvil o internet, y en algunos casos, la cultura de colaboración de los usuarios (por ejemplo los sistemas peer to peer) se ha adelantado a la poca iniciativa de las plataformas.

En esta marea de opciones, Antena 3 ha optado por una estrategia que apuesta por la integración de todos los componentes del grupo en un solo corpus, pero sin calcar la identidad visual del canal matriz en sus derivados (como hace el grupo Rtve). La llaman televisión 3.0.

Aprovechando el nombre de la cadena, la plataforma juega con dos tríos (ellos hablan de tres): el de sus tres canales de televisión (Antena 3, Neox y Nova) y el trío de plataformas (TDT, internet y móbil). Dejaremos aparte las múltiples plataformas (que darían para un artículo aparte) para centrarnos en los canales.

Los dos canales de apoyo de Antena 3 ofrecen una programación multigénero (no son temáticos) y parte de su estrategia de programación se basa en la redifusión de los contenidos de A3, ya sea de los ofrecidos esa semana o rescatando series de ficción de otras temporadas. A pesar de esta redifusión en ambos canales, se aprecia que cada uno de los canales tiene un target de edad diferente (más joven para Neox, más maduro para Nova). La programación se completa con contenido exclusivo para cada canal, fundamentalmente ficción extranjera, en línea con la tendencia de dejar la producción propia a las cadenas generalistas. Neox presume de ser una de las opciones más vistas de la TDT, aunque bueno, en cuestión de audiencias quien no se consuela es porque no quiere. A pesar de todo, son muy pocos los estrenos que van directamente a Neox, y menos a Nova.

La cadena refuerza esta imagen de televisión 3.0 recuperando la idea de la chica de continuidad, que informa de próximos estrenos y alternativas en los otros canales y plataformas. No obstante, todo el esfuerzo de diversificación y de aprovechamiento de la segmentación de audiencia se va al traste cuando llegan los anuncios. Cuando Antena 3 hace una pausa, la programación se interrumpe automáticamente en las otras dos cadenas para poner exactamente los mismos anuncios (sólo cambian las promos de cada canal).

Desde el punto de vista del espectador, estos cortes son un atentado a la narrativa. Si ya me quejaba de que no se respetan las pausas dramáticas de las series, en Neox o Nova un intermedio puede irrumpir en mitad de una frase. Y claro, se fomenta la costumbre de bajar las series de eMule, que no tienen cortes ni nada.

En cuanto al aspecto publicitario, poner los mismos anuncios simultáneamente desperdicia la segmentación de audiencias que ofrece el canal. Puede que los anuncios lleguen a más espectadores, pero no creo que este mayor alcance compense la posibilidad de ofrecer una publicidad más eficaz al estar más adaptada a los grupos objetivos de cada canal. Tampoco hay que olvidar que la gente, en cuanto ve un intermedio, se pone a hacer zapping, y al haber anuncios en las otras cadenas se desperdicia otra oportunidad, la de que el espectador vea otra programación que le pueda interesar.

En definitiva, de momento sólo se habla de las excelencias de la TDT y sus múltiple posibilidades, pero no se aplican. La televisión 3.0 se ha quedado en poner anuncios en tres canales a la vez. Al final, la tecnología interactiva de la tele más usada sigue siendo el teletexto de toda la vida.

domingo, 12 de julio de 2009

Soy un pagafantas

Al fin y al cabo, quien más y quien menos ha sido un pagafantas en algún momento de su vida. Eso sí, ya se me puede enfadar la ministra Aído, pero este rol del amigo fiel, del oso de peluche, le corresponde casi exclusivamente a los varones. El pagafantas ha existido desde tiempos inmemoriales, aunque ha sido a raíz de unos cuantos vídeos de Youtube cuando se ha popularizado el término y parece que se han unificado criterios para describirlo.

El caso es que este estereotipo le ha servido a Borja Cobeaga (Vaya Semanita) para dirigir su primer largo, que tras su paso por el Festival de Cine de Málaga, donde obtuvo el premio al mejor guión novel y el premio de la crítica, ha desembarcado en los cines.

Sin ser una obra maestra ni un clásico de los que perdurarán por los siglos de los siglos, lo cierto es que se deja ver muy bien. Es entretenida, no muy larga, y bien dirigida e interpretada. Ver que el cine español se renueva en estilo y temática es, desde luego, toda una esperanza, al menos para mí. Frente a pretenciosas revisiones de la Guerra Civil y el Franquismo (que no digo que no sean necesarias, pero ya empiezan a saturar y van a causar el efecto contrario: alimentar una recua de fachas), aquí nos encontramos con una peli que sólo pretende entretener, contar una historia sencilla (pero volvemos a lo mismo, sin las pretensiones de una peli de Isabel Coixet, por ejemplo), una historia con la que es fácil identificarse, y con la que nos vamos a reír de principio a fin, aunque más de uno pensará "joer, me río, pero eso me ha pasado a mí". Aunque el director y algunos actores provienen de la televisión, tampoco es una película teen, repleta de actores y actrices para forrar carpetas, sino que sus protagonistas anadan por la mitad de la veintena, y el público que verá esta peli bien puede adentrarse en la treintena.

Una de las mejores bazas de la película son los actores. La otra el ritmo. Gorka Otxoa (Vaya Semanita, Saturday Night Live) encaja muy bien en un papel que ya había ensayado en la serie Cuestión de Sexo como alumno de Willy Toledo en la autoescuela. Vamos, que es el pagafantas. Julián López (Muchachada Nui, Noche Hache) pone el contrapunto de amiguete, en el fondo igual de pardillo, y consejero. Sabrina Garciarena, la chica protagonista, tiene ese encanto y desparpajo que tanto atrae al pagafantas (de haber puesto a un pivón, la peli habría funcionado peor: la clave del pagafantismo es que el sujeto hace buenas migas con el objeto de su deseo, ya que es una chica accesible y encantadora), es independiente, echá p'alante, sin sentido del ridículo y un poco loca, lo que a veces pone en evidencia al protagonista. Óscar Ladoire, uno de los veteranos del elenco, sencillamente es que lo borda haciendo de ese listillo que sin querer dar consejos no deja de soltarlos a diestro y siniestro, y nos muestra que también hay pagafantas más que maduritos.

Como digo, además tiene buen ritmo. Los actores, muchos habituales de programas de humor de televisión, aportan chispa a un guión bien hilado. Los gags son cortos y efectivos. Las bromas no se alargan innecesariamente (como el caso de parodias del estilo Scary Movie o Casi 300), y en general la progresión es buena. En resumen, se ve una buena adaptación al largometraje, es decir, que no asistimos a un episodio de telecomedia alargado. El final, que en este tipo de historias nunca es fácil de encontrar porque muchas veces ni siquiera existe un final, tiene un toque agridulce. Aquí se nota mucho más la influencia televisiva y se opta por suavizar la carga dramática con un recurso cómico y un tanto surrealista. ¿Debería haber puesto el cartel de spoiler para este párrafo?

Con todo, a la película se le puede pedir más. Con apenas hora y media de duración, quince o veinte minutos más de metraje no habrían estorbado si con eso se le hubiera añadido profundidad a la historia. Las devociones pagafantiles pueden ser historias de meses o años, y en la película se nos ofrece un enchochamiento de un par de semanas (salvo por la elipsis que hacen). Michel Brown, en el papel de novio de la chica, está algo desaprovechado. Además, se muestra bastante encantador. Se podría haber desarrollado más el triángulo-conflicto, y de paso hacer un personaje algo más caradura y cuestionable, para que quedase más en evidencia ese dilema interno de todo pagafantas, el de ver cómo las chicas se van con los chicos malos, con los que peor las tratan.

Pero ya os digo que el balance es bueno, que uno se alegra de ver que el cine patrio intenta enmendarse y hacer productos que conecten con los gustos del público. En este caso es un target bastante concreto (ya os digo, las chicas tal vez se sientan menos identificadas, aunque seguro que muchas tenéis algún pagafantas bebiendo vuestros vientos lo sepáis o no), pero no es un mal target. Si sabe promocionar el lanzamiento en DVD puede que haga buena caja. Las salas de cine, ya se sabe, ponen la peli en tres cines recónditos y la quitan a la semana. Aparte de eso, al estar producida por Antena 3, seguramente la veamos desfilar por su circuito 3.0 (el que consite en poner anuncios en las tres cadenas a la vez).

Pagafantas

jueves, 2 de julio de 2009

Para ser cultura... ¿hay que hacer caja?

Esta semana se celebra el Gamelab, feria internacional de ocio interactivo (que queda mejor que reunión de frikis jugando a la consola). Es posible que hayáis leído alguna noticia o titular donde de repente ahora la ministra de turno afirma sin ruborizarse que los videojuegos también son cultura (mirad en cualquier periódico online que no me apetece poner enlaces, que quiero terminar este post prontito).

En parte me alegro porque también lo creo así. Hablo de cultura en sentido amplio, no de cultura con ese tufillo elitista que distingue alta cultura de cultura popular. Los videojuegos están basados en la producción simbólica, y cumplen el resto de características que suelen definir a las Industrias Culturales: mayor disfrute cuanto más se conocen, no existe original único (como por ejemplo en pintura) sino que son productos que se fabrican en serie, en un número indefinido de copias... ya sabéis. Y sí, son cultura, porque los que rocéis los 30, tendréis en vuestro imaginario colectivo no sólo pelis como Terminator 2 o Parque Jurásico; o grupos como Nirvana o los Maiden; sino que también recordaréis partidas al Super-Mario, Mortal Kombat, Street Fighter, FIFA World Cup, etc.

Pero por entonces eso eran cosas de niños. Hasta que Sony se metió también a hacer consolas, y la cosa cambió. Al igual que los best sellers acercan los libros a la gente, la Playstation acercó las consolas a los no-jugadores. Los videojuegos, además, se iban haciendo más complejos en su narrativa, en su jugabilidad, en sus gráficos... así, ahora el volumen de negocio de los videojuegos supera al del cine. Ahora sí que se puede empezar a hablar de videojuegos como cultura ¿verdad?

Santiago Segura ya dijo que los videojuegos no tenían nada que envidiar a una película. Sobre todo si hablamos de cine español. Frente a la eterna queja de los cineastas, que si no vemos pelis españolas etc, las industrias españolas de videojuegos, en vez de apelar al patriotismo y a la lástima, se preocupaban por hacer juegos en condiciones, de la misma calidad que los japoneses o norteamericanos. Así, en los ochenta, Dinamic estaba presente en nuestros Amstrads y Spectrums con esos videojuegos con portadas de Luis Royo (me viene a la cabeza Turbo Girl) y más recientemente tuvimos el fenómeno Comandos.

Leo en un artículo que la ministra habla de incorporar los videojuegos al Ministerio de Cultura, para que así puedan recibir ayudar y subvenciones como otros sectores. Supongo que no será una mala medida: los videojuegos tienen una producción ardua y costosa, en especial por la inversión tecnológica. Pero esa decisión hay que meditarla y ser coherente con ella. Existe el derecho a copia privada para garantizar el acceso a la cultura, y los videojuegos están excluidos de ese derecho desde la reforma de la LPI de 1993. ¿Será que por entonces los excluyeron del concepto de cultura? Y digo yo, si los consideran cultura, habría que hacer algo al respecto sobre la copia privada.

En fin, declaraciones del político de turno, como digo, que como los consultores, llegan para decirnos lo que ya sabemos. Eso sí, que la ministra recuerde que esta en el Ministerio de Cultura, no de Industrial Culturales. Que no todo son descargas en internet y la lucha entre grupos multimedia y usuarios, etc. Hay muchas más expresiones culturales (y no sólo en la red) y un órgano como el Ministerio debe velar por esa diversidad cultural. Que las grandes compañías ya se saben cuidar solas.

Perdón por el parón de más de un mes. Como veis, últimamente mis entradas giran en torno a temas similares. Puede que deba empezar un nuevo blog y centrarme en ellos ¿qué pensáis?

miércoles, 27 de mayo de 2009

Presentación del Observatorio Cultura y Comunicación

El pasado lunes asistí a la presentación del Observatorio de Cultura y Comunicación (OCC) que se celebró en el Reina Sofía de Madrid.

Aunque nació en 2008, ha sido ahora que ha dado sus primeros pasos cuando se ha presentado en sociedad. El OCC, que forma parte de la Fundación Alternativas (FA) pretende estudiar de forma crítica los cambios que se están produciendo en los campos de la cultura y la comunicación, no sólo en España, sino de forma global. La Fundación Alternativas lleva ya varios años estudiando este campo, y ha sacado varios libros al respecto, dos de los cuales (Comunicación y cultura en la era digital y Hacia un nuevo sistema de comunicación) se han convertido en mis libros de cabecera para la realización de mi proyecto de investigación en el doctorado.

La presentación corrió a cargo de Nicolas Sartorius, vicepresidente ejecutivo de la FA, y estuvo arropada por algunos miembros del patronato de la Fundación, como Rosa Regás y Felipe González, siendo este último una incorporación de última hora y que se ha llevado el mayor protagonismo en las pocas noticias que se han hecho eco del acto. Rostros populares aparte, hubo representantes del mundo académico, como los profesores Luis A. Albornoz, que expuso la parte más teórica, y Enrique Bustamante (quien actualmente dirige mi investigación de doctorado).

Si bien se nutre de la investigación académica, el OCC, en línea con la FA, se configura como un foro abierto no sólo para la Academia, sino también para creadores, artistas, gestores culturales y empresarios, y la ciudadanía en general. Cabe destacar la estrecha colaboración que mantiene con investigadores de Hispanoamérica.

Para los que os interesen estos temas, en la web del OCC pueden encontrarse los dos primeros documentos elaborados: Culturas emergentes en el mundo “hispano” de Estados Unidos, de Geourge Yúdice; y Prácticas emergentes y nuevas tecnologías: el caso de la música digital en España, por Héctor Fouce.

martes, 19 de mayo de 2009

Arranca el juicio contra Pablo Soto

Pues eso, que a Pablo Soto lo han sentado en el banquillo. La noticia la recogen varios periódicos, algunos de forma más destacada que otros, aunque a mí siempre me gusta comparar al menos un par de versiones. Por si en alguna se les ha escapado algo, ya saben. Y para que no me digan que siempre cojeo del mismo pie.

Otra demanda más de la SGAE contra los que usan eMule, pensarán algunos. Pues no, no es exactamente otra demanda más. Hay algunas diferencias y espero que no sea el inicio de una tendencia.

En primer lugar, este caso no se juzga por lo penal. No se habla de que descargarse música sea un delito. Curiosamente, tampoco está la SGAE entre la acusación. Pablo Soto ha sido demandado por Promusicae (Asociación de Productores de Música de España) y las discográficas Warner, Universal, Emi y Sony BMG; y esta mañana estaba en el Juzgano de lo Mercantil nº4 de Madrid. La acusación reclama al demandado 13 millones de euros, que se supone que es lo que han dejado de ganar estas discográficas debido al uso de los programas de intercambio que desarrolló Soto. Mira por donde, al menos esta vez nos hemos dejado de hipocresías: nada de estás matando la cultura, chaval; lo que pasa es que con tus programas nosotros no ganamos pasta, y eso no puede ser.

Agotada definitivamente la vía penal, ahora las Industrias Culturales parece que empiezan a probar nuevos cauces por los que atacar el libre intercambio de ficheros. Soto me ha dado la impresión de ser un chaval que se ha tenido que vestir formal para la ocasión (no todos los días las discográficas te llevan a juicio y te piden una cantidad que no vas a ganar en la vida) y que cuando la ocasión lo requiere sabe expresarse con corrección. Ha estado muy bien en sus declaraciones a la prensa. Cuando se ha visto que la vía penal no funciona, no se puede perseguir a usuarios ni operadoras, ni a las páginas que facilitan enlaces, se han tirado a por los desarrolladores de software.

Y como aquí ya no se hablaba de matar a la cultura sino de ajustar cuentas, y nunca mejor dicho, los políticos no han dicho ni pío. Ni los del PSOE, que bastante tienen con lo suyo (¿en los portátiles que ha prometido ZP a los alumnos de 5º se podrán instalar programas P2P?) ni los del PP, que como no se puden meter con la SGAE ni con los artistas amiguitos de Zapatero, ni hay que pedir ninguna dimisión, pues no pintaban mucho. Además, ya se sabe que la derecha es poco aficionada a intervenir en cosas de economía.

Apuesto a que Pérez-Reverte diría eso de que sólo en España sentarían en el banquillo a un chico que ha desarrollado, no un programilla cualquiera con Java y Flash, sino todo un señor protocolo peer to peer (MP2P), y basados en ese protocolo, varias aplicaciones como Blubster o MaolitoP2P, con sus consecuentes aventuras empresariales. En lugar de reconocer sus méritos, lo denunciamos. Así nos va.

Los argumentos de la acusación son los de siempre: que tienen pérdidas por su culpa, que las aplicaciones de Pablo Soto son con ánimo de lucro, etc. Es muy difícil cuantificar el impacto económico del uso del P2P. Hay gente que nunca se va a comprar un disco de tal o cual artista, que si se lo bajan es porque lo tienen a huevo. Otros se bajan discos como pre-escucha, para ver si merece la pena dejarse los 15 eurazos mínimo que les va a costar la broma. Otros buscan canciones que no pueden conseguir en tiendas (son muy viejas, o son de grupos que no tienen distribución en su país). E incluso los hay que comparten material libre. Aunque las aplicaciones de Pablo Soto eran software propietario, y tenía versiones mejoradas de pago, Soto apostaba por el copyleft.

En resumen, esta nueva demanda nos deja un cierto temor a los que tenemos esperanza en el potencial de internet. Tememos que los futuros desarrolladores y programadores se cohiban por miedo a recibir demandas por el uso que haga la gente de sus programas. Tememos que al final se consigan imponer unas limitaciones arbitrarias y retrógradas sobre una tecnología maravillosa. Porque a pesar de la banalización de contenidos, de las modas y "fenómenos" que los periódicos alaban de tanto en tanto para luego certificar su muerte (blogs, redes sociales), a pesar de tanto bocachancla con tiempo libre, de vendedores de humo que se convierten en nuevos gurús de internet... debajo de todo eso, hay movimientos verdaderamente loables en la red. Como el software libre, que no aspira a ser el modelo dominante pero al menos te recuerda que hay vida más allá de Windows (y bastante mejor, por cierto). No hablo de la gran democracia universal (no todo tiene que serlo en internet). Pero tiene un potencial inimaginable.

Porque es precisamente eso: una red. Descentralizada. Voluntaria. Indestructible. Libre.

domingo, 17 de mayo de 2009

Todos tus contactos nos pertenecen

Este era el título de un breve ensayo realizado por el centro de investigación EURECOM, y que se presentó en el pasado WWW 2009 Madrid. Podéis encontrar la versión inglesa del artículo en este enlace.

Los autores realizaron dos experimentos para comprobar si el robo de identidad de un perfil existente en una red social (Facebook fue una de las redes estudiadas), y a partir de ahí lanzar dos tipos de ataques: clonar un perfil en una misma red, y duplicarlo en otra red en la que el usuario no estuviera registrado.

En el primer caso, pensad que un perfil en una red social no tiene un ID único. No son como los nombres de correo, que no pueden estar duplicado. Si el ususario Alfa,usa una red social y se accede a su información, se puede crear un nuevo perfil de usuario con todos los datos de Alfa, incluyendo alguna foto. Depués, se envía una solicitud de amigo a los contactos de Alfa, con un pequeño texto añadido como "He tenido problemas con mi cuenta y he creado otra vez mi perfil. Por favor, añadidme de nuevo a vuestra lista de amigos". Alguien podrá sospechar (sobre todo si tiene contacto diario con el usuario), pero la mayoría de contactos, compañeros de colegio reencontrados pero con los que se habla de higos a brevas y cosas así, aceptarán sin dudarlo. Y voilá, ahora el malvado clon de Alfa tiene acceso a toda la información de sus contactos.

En el segundo caso, se usa la información de nuestro vilipendiado usuario Alfa para crear un perfil en otra red social. Como ya se conocen de antemano qué contactos de Alfa están registrados en la segunda red, simplemente se les envía la petición de amigo. Nuevamente, el éxito estará asegurad, al fin y al cabo las redes sociales están hechas para mantener a la gente en contacto.

Las conclusiones de la investigación muestran que es viable romper la seguridad de las redes sociales usando métodos automatizados para acceder a la información de un perfil. Aunque muchas redes sociales utilizan el sistema CAPTCHA para evitar que programas automáticos accedan a la red, lo cierto es que el método CAPTCHA no es la panacea, y se puede resolver con un porcentaje relativamente alto de aciertos. Y aunque algunas redes usan sistemas más seguros (Facebook usa el llamado reCAPTCHA), la posibilidad de solicitar nuevas imágenes sin límite o retardo restan bastante seguridad a esta barrera de protección.

Una vez se accede a él, se puede clonar un perfil y usarlo para obtener contactos mediante los dos tipos de ataques antes mencionados. Como sabéis, en las redes sociales, una vez que se acepta una "solicitud de amigo" (hay que revisar el concepto de amigo), ambos usuarios tienen acceso recíproco a los datos, fotos, etc, del otro. Aquí queda en evidencia que el eslabón más débil de la seguridad de una red social es el usuario. Y es que el factor humano, con su estúpida predisposición a ayudar, siempre ha sido el gran inconveniente de la seguridad informática.

Las redes sociales se sustentan en un presupuesto bastante arriesgado: la buena intención de sus usuarios. No sé en otros países, pero eso es pedir demasiado en España. Un poco de suspicacia a veces no viene mal en estos temas. Os dejo aquí un par de consejos básicos.

Las redes sociales como Facebook, LinkedIn, Tuenti, y un largo etcétera, son redes sociales en las que se le pide al usuario demasiada información personal: currículum, centros en los que ha estudiado, trabajos que ha tenido, o incluso ideología religiosa y política. Algunos datos estan relativamente justificados: LinkedIn es una red orientada a los vínculos profesionales. En otras, la posibilidad de reencontrar compañeros de instituo o facultad pasa por aportar ese dato. Pero algunos datos como las ideologías, aquí están protegidos por la Ley Orgánica de Protección de Datos (LOPD). Supongo que como muchas de estas redes nacen en EE.UU., será relativamente normal preguntar eso, pero aquí no estamos obligados a dar ese dato. Pero en definitiva, es este perfil detallado de nuestra persona lo que resulta tan atractivo a un posible atacante. Y es que en estas redes, la información aportada por el usuario (incluida la cuenta de correo electrónico) es más veraz que en otras páginas del estilo.

Normalmente, en Facebook y derivados, no nos registramos para conocer gente, sino para encontrar a gente que ya conocemos. Esto es lo que hace que un usuario acepte una petición de amigo al ver que conoce a esta persona. A veces, dependiendo del uso que le demos a esas redes, aceptamos incluso a gente relativamente desconocida. Es recomendable que cuando nos registremos en una red social, nos tomemos un tiempo para revisar la configuración de privacidad, y asegurarnos de que nuestro perfil sólo lo pueda ver quien nosotros queramos y que no se muestra información a visitantes desconocidos o no registrados. Incluso si se puede, establecer qué usuarios en concreto pueden ver según qué cosas. No sé a vosotros, pero a mí no me hace gracia que mi tía la del pueblo esté en el mismo saco que mis colegas de parranda. Configurar la privacidad no es una solución definitiva, pero es un primer paso indispensable. Ya he encontrado un par de agujeros de seguridad en Facebook sin proponérmelo. Además, incluso si no estamos registrados en Facebook, al final nuestros colegan colgarán una foto donde salgamos más pedo que Alfredo (cosa que en mi caso es paradójica), foto en la que como se pueden etiquetar a las personas que aparecen, todos sabrán quiénes somos. Si esta es la idea de la web semántica, apaga y vámonos.

Por último, tened un poco de ojo con los miles de test, eventos, grupos, aplicaciones y juegos varios de las redes sociales. Aquí, nuevamente es Facebook quien me sirve de ejemplo. Estas aplicaciones piden nuestro consentimiento para acceder a cierta información necesaria para funcionar (¿seguro que es necesaria?) y se expanden como un vulgar hoax porque hay que invitar a un cierto número de amigos si queremos que nos digan a qué personaje de tal o cual peli nos parecemos después de haber respondido a cinco preguntas que parecen haber sido redactadas por un chimpancé ebrio. Los grupos en plan Guinnes de los récords, a ver si encuentro a tantas personas que odien a un político, o intentar reunir al mayor número de gente porque sí, sólo sirven para poner en bandeja esos datos personales que antes estábamos intentando proteger. Y por cierto, decir que eres "fan de echarte la siesta", "detractor de la cómic sans", "fan de escaquearse del curro", o del grupo "por la dimisión de la Ministra de Cultura (aunque luego no vayamos a votar en las elecciones)" no habla muy bien de ti.

Aparte de eso, con un poco de cabeza, una red social puede ser desde un simple juguete hasta incluso una herramienta útil en algunos casos. Poco a poco aprenderemos a usarlas con algo más de criterio, sin meter a amigos, amigos de mis amigos, compañeros y jefes del trabajo, antiguos compañeros del trabajo, familiares varios, y conocidos con los que he hablado un par de veces, en un mismo saco. En fin, paciencia.

domingo, 10 de mayo de 2009

Quis custodiet ipsos custodiet?

"Quis custodiet ipsos custodiet?"
(¿Quién vigila a los vigilantes?)

- Sátiras, Juvenal, VI, 347. Citado como epígrafe del informe de la comisión Tower, 1987


Desde que vi Watchmen en el cine poco después de su estreno, me propuse dejar una reseña sobre la película. Lo que pasa es que quería hacer la comparativa con la novela gráfica, y la edición absolute editada por Planeta que me acababa de comprar esperaba aún a ser leída. Finalmente he ido sacando tiempo, y la verdad es que es uno de los cómics mas apasionantes que me haya echado a la cara.

Inicialmente editada a lo largo de 1986 y 1987 por DC, Watchmen es una novela gráfica escrita por Alaan Moore (V de Vendetta) y dibujada por Dave Gibbons (que ya habia trabajado con Moore en 2000AD, Superman y Green Lantern) que se compone de 12 tomos. En España, Ediciones Zinco la publicó en tomos en 1987, algo que intentó repetir Glénat sin éxito. Posteriormente, Norma Editorial la sacó en un solo volumen, y desde 2007, Planeta lleva reimprimiendo (ya van 4) su edición absolute, un tomo de 446 páginas, con el color mejorado y algo de materal adicional al final (textos de Moore y Gibbons acerca de la concepción de la obra, algunas páginas del guión de Moore, y bocetos varios de Gibbons).

Watchmen se ambienta en una realidad alternativa (la acción se sitúa en 1985, año en que Moore empezo a trabajar en la novela) en la que se intenta reflejar de forma lo más realista posible cómo serían las cosas si los superhéroes existiesen realmente. De hecho, de todo el elenco que aparece en Watchmen (tanto el grupo original, los Minutemen, como los vigilantes de los años 70), sólo uno de los personajes, el Dr. Manhattan, tiene verdaderos superpoderes. El resto son enmascarados con aptitudes atléticas y mentales algo superiores a la media. El argumento parte del asesinato de uno de ellos, el Comediante, ya retirado (aunque siguió trabajando de incógnito para el gobierno realizando trabajos sucios como asesinar a Kennedy). Rorschach, otro enmascarado, que sigue actuando al margen de la ley (los superhéroes son declarados ilegales en 1977), investiga lo sucedido, siempre bajo la sospecha de una de tantas conspiraciones que ve en todas partes (es lector habitual de un periódico sensacionalista). A partir de ahí, va encontrándose con el resto del grupo, y poco a poco vamos descubriendo el trasfondo psicológico de cada uno de ellos y la cronología de los dos grupos de enmascarados.

Aunque la idea de Moore era usar superhéroes ya existentes, de escasa popularidad y ya en decandencia, el tratamiento realista de la obra y la muerte de más de un personaje no encajaba del todo bien con la tendencia de DC de integrar todo el universo superheróico. Así pues, se crearon a los personajes desde cero, tan sólo inspirándose en sus homólogos de Charlton Comics.

Pese a que el argumento de Watchmen es ya de por sí atractivo, lo que hace a esta obra un fuera de serie es el tratamiento innovador de los superhéroes (alqo que continuaría Frank Miller con Daredevil y Batman) y el uso de técnicas que explotan al máximo las posibilidades narrativas del cómic, como explica este reportaje de elmundo.es. A pesar de que los colores son relativamente básicos en comparación al aspecto gráfico de un cómic actual, y el esquema de 3x3 viñetas que tiene cada página, donde hay pocas concesiones (desde la irrupción del manga las viñetas son mucho más dinámicas), a lo largo de Watchmen hay infinidad de detalles que pasarán desapercibidos a primera vista, y que hacen que la obra pueda ser disfrutada en sucesivas relecturas. No obstante, es innovador el modo de componer las viñetas, y la forma en que el color es un elemento narrativo: rojo para narrar algunos flashbacks, como la muerte del Comediante; azul cuando Búho Nocturno y Espectro de Seda duermen juntos, anticipándonos la irrupción del Dr. Manhattan... Las viñetas intercaladas de flashbacks, o las del cómic que un personaje secundario lee dentro del propio cómic, los Relatos de la Fragata Negra, forman una composición visual muy llamativa. Y aunque Moore rehuía de las técnicas cinematográficas para esta obra, los diálogos de unas viñetas colocados en las otras dan la impresión de una voz en off narrando las retrospectivas. Podría estar hablando de todo eso hasta saturar este blog.

Tras varios proyectos cancelados, finalmente la Warner sacó adelante el film, que ha sido dirigido por Zack Snyder (responsable de 300, basada en un cómic de Frank Miller). La película, de dos horas y cuarenta minutos de metraje, es a mi juicio una adaptación bastante decente.



¡Veanlo en HD y full screen, oigan!


La similitud argumental es máxima, respetando la ambientación original de los años ochenta (se pensó en trasladarla a una ambientación contemporánea), y aparecen casi todas las tramas del cómic, con la excepción más notable de los Relatos de la Fragata Negra, que al parecer será uno de los jugosos extras de la edición en DVD. No obstante, la estética de los uniformes se ha actualizado. Si el cómic usaba un color en la línea de los tebeos clásicos de superhéroes, el film se acerca más a las producciones actuales de enmascarados. Y así, Espectro de Seda tiene algunos cambios, aunque se asemeja mucho a su versión dibujada; Búho Nocturno es algo más intimidatorio, con un uniforme más oscuro y que recuerda vagamente al Batman de Nolan; mientras que el aspecto de Ozzymandias, parodia del peor Batman (estéticamente hablando), el de Joel Schumacher (vale, sin contar con la serie de TV) se aleja de su concepción inicial con reminiscencias egipcias. Esta estética moderna contrasta muy bien con el aspecto de los Minutemen, más parecidos a las producciones clásicas de superhéroes como Superman o la serie de TV de Batman, y que ayudan a situarnos en la cronología del cómic.

Quizá la mejor baza de la película es la secuencia de los títulos de crédito. Durante cinco minutos, mientras escuchamos The Times They Are a-Changin' de Bob Dylan (la Banda Sonora es otro fuerte de la película, al incluirse varios temas que se mencionan en el cómic) vemos una panorámica de la evolución de la realidad alternativa en la que se ambienta la obra, desde la foto de familia de los Minutemen originales a las protestas en la calle durante los setenta que acabarían por forzar la prohibición de las actividades de los superhéroes como guardianes de las calles.

Por lo demás, el cómic sirve de story-board para la realización de la película. Snyder vuelve a recurrir a la ralentización de movimientos (aunque sin abusar tanto como en 300, donde ya era un cachondeo), lo que le permite calcar algunas viñetas. Abundan los detalles en los planos, sacados de lo que aparece en la novela gráfica, pero éstos serán menos apreciables que el cómic, donde nos podemos recrear el tiempo que haga falta con cada viñeta. Quizá se podría haber trasladado el uso del color, pero no estoy seguro de cómo habría quedado. No obstante, está muy bien llevada la interpolación de los flashback.

El final (que no destriparé) varía ligeramente, en parte debido a la supresión de algunas tramas. Y aunque altera alguna parte significativa, mantiene cierta esencia. Además, el final del cómic me resulta raro, como si después de un tratamiento tan realista se usaran argumentos propios de revistas pulp de los cincuenta (supongo que será algo deliberado por arte de Moore), mientras que en la película parece estar mejor atado y está más en línea con el tono general del metraje. Pero aunque en sendas versiones la conclusión varíe, lo importante es que el argumento es el pretexto para explorar la compleja psicología de los personajes, para reflexionar sobre ciertas cuestiones (el tema de los recursos energéticos ha permitido que la película resultase actual pese a ambientarse en los ochenta) y en general para deleitarnos con la parte formal de ambas versiones. Y es en eso donde la adaptación de Watchmen me parece válida, en que mantiene la esencia de la novela: en los personajes, en la ambientación de inseguridad ante una guerra inminente, en la invitación a la reflexión. Si no habéis visto la peli o leído la novela, os recomiendo ambas.

domingo, 26 de abril de 2009

El poder de las marcas

Este es el subtítulo que le pusieron en la edición española al libro NO LOGO, escrito por la periodista canadiense Naomi Klein. Se trata de un ensayo magnífico que os recomiendo encarecidamente, y que a pesar de haber sido publicado originalmente en 2000, sigue teniendo un mensaje vigente pese a sus datos poco actualizados.

Pero este post no trata sobre el libro de Klein, sino sobre algo que he observado en los últimos meses, y supongo que tampoco ha pasado desapercibido a mis lectores. Sí, a los dos. Hablo de ese resurgir de las marcas ahora que en estos tiempos de crisis lo de comprar la marca blanca del Carrefour o del DIA empieza a ser un fenómeno en alza.




Que conste que soy el primero que no quería darla aún más difusión a la capaña de Cuatro, pero tenía que ilustrar el post, que ya me conocéis y me gusta ser riguroso aunque básicamente esté aquí para decir lo que pienso.

Empecé a darme cuenta de que algunos productos, al final de sus respectivos spots televisivos, añadían una coletilla afirmando que no fabricaban para otras marcas. Listerine o Danone presumían de ser los únicos tan chupiguays que podían hacer todo lo que decían sus anuncios, y que por eso no fabricaban para otras marcas. Vamos, que el colutorio marca-la-cabra del súper, aunque tenga un envase igual y escueza como el demonio, no es igual de bueno.

Antes de la crisis, antes de que muchas familias empezaran a apretarse el cinturón, las marcas blancas suscitaban cierta desconfianza. Acostumbrados a los nombres familiares, a los envases bonitos, y a la constante repetición de sus promesas (apuntad esa palabra) en los anuncios (TV, radio, revistas...), costaba pensar que esos productos en envases parecidos pero mucho más sosos pudiesen hacer lo mismo. Nos habíamos acostumbrado a desconfiar de lo barato. Y aunque ya no era ningún secreto que eran los mismos fabricantes los que hacían los productos de las marcas blancas, nos quedaba siempre esa duda. Vale, Nestlé hace el chocolate para DIA, pero ¿les venden exactamente el mismo chocolate o harán otra partida un poco peor para venderla bajo la marca blanca? Por mi experiencia, lo único que puedo decir es que algunos productos de marca blanca (lácteos, sobre todo), sin que su calidad sea mejor o peor, provienen en realidad de varios fabricantes. Así, diferencias sutiles en los bricks de leche (el empaquetado en las cajas de 6 ó 12 unidades, el sistema de apertura) indicaba que la leche provenía de una u otra marca y su sabor era distinto; también me ocurre con los yogures naturales, que por temporadas se alternan unos que están cojonudos con otros que no son nada del otro mundo. Aparte de eso, por lo que recuerdo de la facultad, las grandes superficies se aprovechan del poder adquirido como minoristas, dadas sus cifras de ventas, para negociar precios casi abusivos: si quieres vender tu producto en los supermercados de mi cadena, me tienes que hacer una partida bajo mi marca blanca que te pagaré a dos duros y encima dentro de ocho meses (lo que supone conseguir financiación a costa de los fabricantes).



Además de Cuatro, Telecinco ya había lanzado una campaña similar, apostando por las marcas por los valores añadidos que aportan: identidad, diversidad, color, libertad... vale, los dos últimos yo tampoco los entiendo.



También está este otro vídeo más corto que realizó Publiespaña (la empresa que negocia las exclusivas de Telecinco) que nos vuelve a recordar que la marca es garantía, compromiso, e incluso empleo. Que por lo visto los productos de marca blanca surgen por generación espontánea. Personalmente me gusta más el spot de Cuatro, que ha sabido integrarlo muy bien con su identidad visual corporativa (que se note que he estudiado Publicidad), pero claro, luego irán diciendo que si soy un rojo. Chica de la tele, blog dedicado a menesteres televisivos, habia comentado el tema, con su enlace al artículo publicado en Soitu, aunque este último tiene unas pinceladas un tanto extrañas. Este artículo que encontré buscando algo de información sobre el tema es de los que más me gustaron y que fueron más allá del análisis económico, que se resume en que los fabricantes necesitan vender su marca, no la marca blanca, porque es lo que de verdad les da beneficios. Y las televisiones en abierto al fin y al cabo se financian por publicidad, y necesitan que las marcas se sigan peleando por unos segundos en prime time. No voy a ir más allá en este aspecto.

La calidad que tanto predican las marcas "originales" no objetiva. Se trata de una percepción, un valor que le damos nosotros a través de la imagen mental que construimos de ellas. ¿Los productos de marca no tienen calidad? No he dicho eso. Habría que mirar cada marca por separado. Hay marcas que ofrecen buenos productos y otros, por muy de marca que sean, son una basura. El valor que le damos a la marca se basa en la experiencia que tenemos con ella, bien como consumidores, o bien como consumidores de la publicidad que hace. Los productos son uniformes, son todos iguales, prácticamente cosa puede ser fabricada por la competencia con resultados casi idénticos. Lo que diferencia esos dos productos es esa personalidad que les da la marca. Pensad en Coca-Cola y Pepsi. Saben distintas, sí, pero haced un sondeo al azar. Cada uno prefiere esta o la otra, pero las razones se aplican indistintamente a cada una. Es ese universo que hemos construido entre todos, anunciantes y consumidores, alrededor de cada una lo que nos hace decantarnos por una marca u otra. Es como los anuncios cohes: cualquier marca puede ofrecerte los mismos extras (aire acondicionado, GPS, pijadas varias) por precios similares. Necesitamos un componente emocional, por eso los anuncios de coches nos venden un estilo de vida, para que el consumidor diga "quiero encajar en ese mundo". O los perfumes, tan subjetivos, que también nos cuentan historias en sus anuncios para que compremos una imagen: el chico juvenil y megaguay de Hugo, el tipo duro de Fuel for Life...

Dudo que las marcas aporten empleo como dicen las campañas de Publiespaña. De hecho, las marcas más sólidas, marcas globales, exteriorizan todos sus servicios y sólo se quedan con la gestión de la imagen. Los casos más extremos serían los de Nike, que explota niños en el tercer mundo. Pero esos obreros hacinados en los talleres de Cavite (Filipinas) se encontraban en un gran complejo donde se fabricaba para innumerables marcas, y no sólo textiles. Ignoro si el complejo de Cavite sigue activo, pero si ha sido clausurado, otro igual habrá surgido en Indonesia, China... Levi's cerró una importante fábrica en Bélgica en busca de mano de obra más barata. No todas las marcas proporcionan empleo, y esto no es cosa de la actual crisis.

En resumen, la calidad de las marcas es la que han construido a lo largo del tiempo. Sólo recientemente se empieza a ver algunas marcas blancas de grandes superficies como marcas de confianza, porque han ido absorbiendo la imagen de la cadena que las vende. La marca ya no es el distintivo que identifica a un anunciante. Es la promesa de una experiencia. Subiéndose al carro de la coletilla de "no fabricamos para otros", Fontaneda (no he encontrado el vídeo) ha sacado un anuncio en el que Julia Otero habla de lo buenas que son y la confianza que le dan porque son las que comía de pequeñita, y eso no lo puede igualar otra marca. Efectivamente, Julia, has dado en el clavo.

miércoles, 22 de abril de 2009

Conferencia de Tim Berners Lee (enlaces actualizados)

Se está celebrando en Madrid esta semana el WWW2009, la que supone la 18ª edición de este congreso. Si bien las actividades se iniciaron este lunes, ha sido hoy cuando se ha hecho la inauguración oficial a cargo de los Príncipes de Asturias, que ha contado además con la participación de Tim Berners Lee, considerado uno de los padres de la web.

Tras la inauguración hubo una conferencia con Berners Lee y Vinton Cerf, vicepresidente de Google, presidendete del ICANN y otro de los padres esta vez no de la web sino de internet (colaboró en el desarrollo de su precursora ARPANET). Por desgracia, la única referencia a este evento que he encontrado ha sido este artículo de El País, que aporta más bien poco.

No puedo comentar gran cosa del escueto artículo. Atendiendo al texto, en su participación en el discurso inaugural (Reflexiones de los últimos veinte años y expectativas sobre los próximos veinte), Berners Lee se lanza a por la web "semántica" o web 3.0. Si ya empezamos a estar saturados de la actual web 2.0, un término que empieza a estar manido y se va a desgastar de tanto abusar de él, sólo faltaba rizar más el rizo.

No obstante, es interesante su deseo de que la red crezca en orden y limpieza, el reto más difícil de todos según sus palabras. Porque puede que a los medios y las empresas (y a los cuatro gurús que se han subido al carro) se les llene la boca con las maravillas de la web 2.0, pero es cierto que por primera vez el usuario tiene opciones reales de aportar contenido y de equilibrar un poco el tradicional dominio de los medios de masas clásicos. No vamos a acabar con los grandes grupos de comunicación de la noche a la mañana, no se va a crear la super-democracia-global-total, pero al menos podemos tener alternativas. Es responsabilidad nuestra el uso que le demos a ese poder, aunque dicho poder no sea tanto como pretendemos creer. También hemos de ser conscientes que la opción de aportar contenido nos la brindan empresas y plataformas (Youtube, Facebook, incluso este blog), y que por tanto esto sigue tratándose de ganar dinero.

En esta línea, cabe destacar también las ideas de Vinton Cerf, que apostó por mantener la neutralidad de la red, así como la necesidad de establecer una suerte de separación de poderes entre los "proveedores de servicios, de contenidos y de conexión". Precisamente, lo que se viene dando es una tendencia contraria, como ocurrió con la fusión entre Time Warner (contenidos) y AOL (conexión). Así que antes de cegarnos con las enormes posibilidades de la web 2.0 (que alguna hay, no lo niego), deberíamos estar pendientes de este tipo de cosas.

Si alguien tiene más información sobre la conferencia, será bien recibido. El WWW2009 durará hasta el próximo viernes y se celebra en el Palacio de Congresos Municipal (Campo de las Naciones)

Enlaces:

domingo, 8 de marzo de 2009

Esto es Inglaterra (This is England)

This is EnglandUn poco por casualidad, como tantas otras, llegó a mí esta pequeña joya dirigina por Shane Meadows (Érase una vez en los Midlands, Dead man's shoes). Una de esas películas diferentes y que merece la pena ver.

Ambientada en la Inglaterra de 1983, This is England cuenta la historia de Shaun (Thomas Turgosse), un chico de 12 años que ha perdido a su padre en la Guerra de las Malvinas. Solitario y conflictivo, en una ciudad impersonal en la que no encaja, pronto es adoptado por Woody (Joe Gilgun) y su pandilla, integrados en el movimiento skinhead. El joven Shaun encuentra en sus nuevos amigos aquello de que carecía: amistad, un lugar donde es alguien que cuenta, protección, e incluso una referencia paterna.

Al poco, vuelve al grupo Combo (Stephen Grahan), líder de la pandilla que ha pasado tres años y medio en prisión. Combo en seguida predica entre los suyos las nuevas ideas que están arraigando fuertemente en los skinheads: ideas racistas y nacionalistas procedentes de grupos como el Frente Nacional. Los nuevos planteamientos ideológicos dividen al grupo en dos bandos cuyas relaciones se vuelven tensas: uno encabezado por Woody, y otro liderado por Combo, en el que se queda Shaun, quien cree que así está honrando la muerte de su padre.

La factura de la película (de producción británica) en seguida le hace a uno notar que no se encuentra ante una de esas pomposas producciónes norteamericanas. Rodada sin artificios, sin llenar cada minuto sin diálogos con una ominosa banda sonora, sin extravagancias formales en la realización, su estética es un buen reflejo de la crudeza del relato. El doblaje, sin ser malo, también nos aleja de ese tipo de películas. Apuesto a que sería más que interesante ver la versión original.

Shaun se convierte en el hilo conductor de una historia semi-autobiográfica, que no es sino un retrato de la Inglaterra de principios de los 80, de la era de la Dama de Hierro, en un periodo con una alta tasa de paro entre la clase obrera, e inmersa en una guerra impopular, carente de sentido patriótico (como lo fue en su día la guerra de Vietnam para los yankis) por la que están perdiendo la vida muchos ingleses. En unas condiciones así, es fácil que se propaguen determinadas ideas. Cuando el pueblo ve que lo pierde todo, necesita culpar de ello a alguien.

El film, más que contar una historia concreta, muestra un escenario. Shaun es el personaje que nos lleva por un recorrido a través de las dos olas del movimiento skinhead: la primera cuyos orígenes se remontan a finales de los sesenta, integrada por jóvenes blancos y negros, combativa (no hubo paz y amor para estos jóvenes, y eso lo reflejan en su estética paramilitar) pero apolítica, no racista y no mucho más conflictiva que otras tribus urbanas; y una segunda marcada por la ideología nacionalista, racista y xenófoba, alentada desde movimientos políticos.

Estupenda la forma en que se nos presentan estas dos facciones, las relaciones de poder y amistad dentro del grupo, las relaciones con el sexo opuesto. Los personajes son variopintos y sus roles se presentan bastante claros, (Woody, al principio autoritario y macarra, revela tener un gran sentido de la responsabilidad e integridad moral; Combo, líder implacable, esconde una persona insegura y enormemente frustrada) lo que ayuda a seguir la película. Es inquietante el discurso enarbolado por Combo y sus seguidores, vigente 25 años después, y que puede ser adaptado perfectamente (haciendo pequeñas modificaciones) a la realidad de cada país, más ahora con tanta crisis en boca de todos. Y sobre todo, destaca por encima de todo ver como esas ideas calan en un joven de 12 años en busca de su identidad. Uno no puede evitar preguntarse cuántos grupos de ideología radical, por todo el mundo (extrema derecha, radicales islámicos, etarras) estarán haciendo lo mismo mientras escribe esta entrada.

En conclusión, una película más que recomendable de la que se pueden sacar algunas cosas en claro. Eso sí, tiene un lenguaje que hace que una peli de Tarantino parezca el concuso Cifras y Letras. Por cierto, la peli es de 2006 y aquí en España se estrenó en 2008, un día después del estreno en DVD en Inglaterra.


This is England

  • Director: Shane Meadows

  • Intérpretes:

    • Thomas Turgoose: Shaun Field
    • Stephen Graham: Combo
    • Joe Gilgun: Woody
    • Andrew Shim: Milky
    • Vicky McClure: Lol
    • Andrew Ellis: Gadget
    • Rosamund Hanson: Smell

  • Premios:

    • Mejor Film (British independant film awards)
    • Actor revelación: Thomas Turgosse (British independant film awards)
    • Premio especial del jurado (Festival de cine de Roma)

  • Enlaces:

    • This is England (página oficial, en inglés. Destacable la sección que habla sobre el moviento skinhead)
    • This is England (la siempre socorrida Wikipedia. Versión en castellano, aunque siempre es recomendable leer el artículo en inglés).

  • Duración: 101 minutos.

Seguir o no seguir

Hace dos meses que no escribo y no estoy seguro de poner la siguiente entrada. Hay varias razones para ello.

  • El blog se hizo como plataforma para el programa de radio. Con el programa en punto muerto, el blog pierde su principal motor de continuidad.
  • De hecho, tengo mis serias dudas sobre si hacer la web completa.
  • No me apetece seguir llenando el blog cada vez que veo una peli o leo un libro. Con todo, eso sería lo que pegaría más con la línea general de este cuaderno.
  • Me planteo, por tanto, fragmentar las temáticas en nuevos blogs, aunque no me apetece por el momento ponerme a ello.
  • A nadie parece interesarle lo que escribo. No hay comentarios desde septiembre, cuando más actividad tenía esta página.
  • Y sobre todo, ya no siento la necesidad de escribir.
Apenas un par de individuos me sueltan la monserga de que si ya no escribo. Como si fuera una obligación. Como si no tuvieran otra cosa que hacer que pasarse por las cuatro bitácoras que conocen para criticar de una u otra forma.

Por hoy haré una excepción. Creo que tengo algo interesante que contar.

La cuestión es si mantendré esa tendencia.

viernes, 9 de enero de 2009

Let it snow

Como en casi toda España, aquí en Leganés ha amanecido nevando. Qué cosas, si lo hubiera hecho hace unos días habríamos tenido la perfecta estampa navideña. La noticia está en prácticamente todos los periódicos y programas de TV, y supongo que lo último que os apetece es verla en decenas de blogs, sobre todo cuando se trata de blogs como éste, que no tiene nada que ver con los temas que habitualmente trato. Será que últimamente me aburro mucho.

Cuando internet era un medio popular pero no tan extendido como ahora, los correos electrónicos ya circulaban en cadena y puesto que no todo el mundo tenía dirección de e-mail, se solía pasar los ficheros en diskettes de 3,5'' y también impresos (por entonces las bromas consistían en texto puro y duro, y si acaso alguna imagen). Una vez leí una divertida historia llamada Diario de un cubano que emigró al norte, y que contaba las peripecias de un inmigrante caribeño afincado en Boston. Al principio la nieve le fascina por su belleza, pero cuando se pasa todo el invierno bregando con ella, acaba por denominarla mierda blanca. Y es que es muy bonita de ver desde la ventana, pero no deja de ser agua congelada y bastante sucia. A eso hay que añadirle que para que se forme tiene que hacer bastante frío. Los días de julio en los que llegamos a los 35º ó 40º es más raro verla. Y no me llevo muy bien con el frío.

Eso sí, habrá muchos que estarán disfrutando como enanos y el frío será lo que menos les importe. A ellos, no dejéis de disfrutar. A los que tengan que coger el coche, mucho cuidado. Y a los frioleros como yo, encended la estufa, preparaos un Cola-Cao calentito y a mirar por la ventana. Y como decía el villancico,

Let it snow, let it snow, let it snow!

Esta es la estampa que se podía ver desde mi ventana