viernes, 12 de septiembre de 2008

Manual de ciber-etiqueta 3. Hoax, me lo trago todo

Ya sé que me odiais por mi última entrada de ciber-etiqueta, pero aún me queda cuerda para rato con este asunto. Si ya hablé de las chorradas que sois capaces de mandar por correo, ahora viene la parte chunga. Me refiero a cuando vuestra manía de darle a “reenviar” acaba puteando a base de bien las cuentas de correo propias y ajenas. Porque las chorradas en Power Point con fotos de bebés y musiquita de fondo son infumables y atentan contra el buen gusto y la decencia, pero fuera de eso, son inocuas. El spam y los hoaxes, además de ser correos igual de coñazos, son además potencialmente dañinos.

Bien, antes de empezar, quiero que echéis un vistazo a la imagen que hay bajo estas líneas.



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¿La habéis visto? Fijaos en que se ven todas las direcciones a las que el remitente (vamos a llamarlo R1) le ha enviado este correo. Se ve además quién se lo envió a R1 (le llamaremos R2, para seguir la numeración), y todas las personas a las que R2 mandó este correo. Y así hasta el que sería R5. Y después de todo esto, empieza el texto del mensaje. Hay correos en los que se pueden retroceder tres o cuatro reenvíos (no es nada del otro mundo) y cada remitente ha puesto decenas de destinatarios.

Ahora imagiaos esto ¿y si fuera vuestro número de móvil? Seguro que no os molaría verlo al lado de vuestro nombre ¿verdad? Pues bien, la dirección de e-mail ya se reconoce como un dato de carácter personal y no se puede ir divulgando alegremente. Aunque muchas direcciones (sobre todo los nombres horteras del messenger, empezando por el mío) de correo no dan pistas sobre el nombre del usuario, las direcciones suelen ir asociadas a un perfil en el que sí aparecen nombre y apellidos. De hecho, algunos sistemas de correo web hacen que aparezca el nombre del destinatario y al lado su dirección de correo. ¿Realmente no os importa que circule toda esa información? ¿Cómo se puede evitar acumular todos estos datos?

- No seáis vagos. Cuando hagáis un reenvío, borrad el nombre del remitente y de las direcciones a las que mandó el correo. Así se evita que se acumulen al principio del cuerpo del mensaje.

- Si hacéis un reenvío a varias personas, usad CCO (Con Copia Oculta) para poner los destinatarios. Así no aparecerán las direcciones de la gente a la que lo habéis mandado cuando los respectivos destinatarios reciban el mensaje. Si necesitáis poner al menos una dirección en el apartado PARA, poned vuestra propia dirección. El tema de poner a vuestros destinatarios en copia oculta sólo genera un problema: si, p.ej, yo mando un correo a Pepe y a Paco, seguramente Pepe se lo reenvíe a Paco (es decir, Paco lo recibe dos veces). Esto dejó de preocuparme cuando recibía el mismo correo estúpido reenviado por amigos comunes que ni siquiera se fijan a quién mandan y a quién no. Joder, hasta me han enviado las cosas que YO envío, hay que ser inútil.

Bien, pasemos hablar de los hoaxes. En primer lugar, diferenciaremos el spam del hoax. Los mensajes spam(aquí nos referimos a mensajes de correo, pero pueden ser vía sms, en blogs, o incluso por fax) son los mensajes de correo no deseados, que provienen de direcciones desconocidas (no los manda un conocido) y que por lo general nos intentan vender algo. Os suena ¿verdad? Venta de medicamentos sin receta, venta de viagra, casinos on-line, o todo tipo de publicidad sobre chats porno son los ejemplos más típicos. Provienen de direcciones inexistentes (envían correo automáticamente, pero no hay ningún usuario que atienda los mensajes recibidos). A veces, afirman que el receptor del mensaje está en alguna lista de correo de la empresa que manda la publi, y deja un enlace para darse de baja en esa hipotética lisa. Al contrario de lo que afirma el correo, si el internauta pincha en el enlace, lo único que hace es confirmar que hay un usuario activo manejando la cuenta, lo que provocará más envío de spam.

Por otra parte están los hoaxes. Hoax viene a significar “mentira” o “bulo”. Y no me estoy refiriendo a los perfiles de los chats de ligue, donde todos los usuarios son altos, guapos, y tienen medidas descomunales. Los hoaxes también tienen varias formas de propagarse: correo electrónico, sms, el periódico El Mundo… A diferencia del spam, los hoax os llegarán desde un conocido vuestro. Es una mentira que se propaga en cadena, creciendo exponencialmente. A día de hoy, el objetivo de un hoax suele ser, además de evidenciar la supina estupidez de los internautas, recolectar direcciones de correo electrónico. Normalmente, la secuencia de acontecimientos es la siguiente: tú recibes un hoax, lo reenvías, y a raíz de eso recibirás correo spam.

Los hoaxes tienen una característica en común: siempre van a pedir que sean reenviados a todos tus contactos, o al mayor número de ellos posible. Para ello, cuentan alguna milonga, que ya nos sabemos todos de memoria, y que necesita ser conocida por el mayor número de estúpidos posible, apelando a nuestro deber cívico, nuestra conciencia, nuestra codicia o incluso nuestras creencias religiosas (si es que las tenemos).

Así que tomad nota: Amy Bruce no se va a morir, no necesita ningún riñón (es más, ya debería tener unos 26 años, no 12); nadie, repito, NADIE va a donar 0,01$ (o 0,01€) por reenviar un mail para ayudar a no sé qué niño con una enfermedad rara (es lo que tienen las enfermedades raras: por inverosímiles que parezcan, como son raras, no conocemos a nadie con esa enfermedad y no podemos saber si son verdad); el messenger NO va a cerrar, aunque para lo que lo usáis a veces desearía que así fuera (hay más servicios de mensajería instantánea, no es el fin del mundo); los virus peligrosos no llegan en los mensajes que nos dicen cuidado si recibes un e-mail con el asunto “has ganado una muñeca chochona” y adjunta un archivo llamado “aluminio.pps”, es más, si acaso hay algún virus, se propagará en esa estúpida advertencia; la leche caducada no se vuelve a pasterizar para venderse de nuevo; no te van a dar un Nokia, ni un Motorola, ni siquiera las gracias, por reenviar un mensaje a cincuenta contactos; Dios no concede deseos cuando reenvías un mantra del Cristo de la Enagüillas (que yo sepa, la única vez que Dios usó e-mail fue cuando Jim Carrey asumió el cargo durante una semana en Como Dios), si quieres que Dios te conceda algo, prueba suerte rezando en una iglesia; el nombre de la persona amada no saldrá porque pidas un deseo, sigas cuatro pasos estúpidos, reenvíes a 20 contactos y pulses F6…

La lista podría seguir, pero creo que ya os hacéis una idea. Como ya os he dicho, el hoax se distingue porque es el propio correo el que te pide ser reenviado. Todos son mentiras. Me han dicho alguna vez “yo sólo doy la información”. La palabra censura se os ha atragantado. Creéis que por no difundir algo supuestamente importante o humanitario, estáis privando a otros del derecho a la información. ¿Es que no tenéis criterio para discernir las patrañas? El deber de informar corresponde a los medios de comunicación, y una cosa que hacen los medios antes de dar una noticia es verificarla y contrastar las fuentes. (Vale, los programas del corazón no cuentan, que sueltan cada truño…) Verificad vosotros también la noticia. Una búsqueda en Google de los términos clave del correo seguro que os llevarán a alguna de las varias páginas que se dedican a desmentir los bulos.

Las consecuencias de los reenvíos indiscriminados son varias. La primera es la aparición de spam. Actualmente, los servicios de correo electrónico tienen filtros que detectan el spam. Evidentemente, les interesa que la bandeja de entrada de sus usuarios esté limpia de correo no deseado, de lo contrario su reputación como servicio de e-mail caería por los suelos. Pero seguro que todos conocéis a alguien que recibe decenas de correos diarios que le han saturado la cuenta, si es que no habéis sido vosotros mismos.

Otra consecuencia, más sutil pero en mi opinión más grave, es el efecto que produce en la imagen que tenemos de internet como forma de comunicación. De momento, parece que muchos usuarios ven más veraces los mensajes llegados por e-mail que las versiones “oficiales” que los medios de comunicación dan de algunas noticias. Pero algunos ya están viendo que pululan muchas (demasiadas) mentiras, y a la larga esto hace que cuando llegue algo importante de verdad, la gente pensará que es un bulo más. La red es una herramienta de comunicación que está aportando una libertad e independencia que muy pocos valoran lo que realmente vale. Puede suponer una verdadera alternativa frente a los medios de masas convencionales, controlados por un oligopolio de grandes grupos corporativos. Si no usamos internet de una forma responsable, perderemos una gran oportunidad.

¿Cuáles son tus bulos favoritos (o los que más odias)? ¿Te ha llegado una misma mentira varias veces a lo largo de tu etapa de internauta? ¿Recibes mucho spam, hasta tal punto que pierdes a diario varios minutos en limpiar tu bandeja de entrada? ¿Practicas el reenvío masivo? ¿Te has dado cuenta alguna vez de que has envíado algo que creías importante y que resultó ser una soberana mentira? ¿Verificas la veracidad de los correos que crees sospechosos? ¿Alertas a tus amigos de que te han mandado un hoax? Os invito a dejar comentarios.

mighty_eldarion@hotmail.com (comentarios, sugerencias, preguntas, dudas e insultos en general).

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