miércoles, 29 de julio de 2009

Anuncios por triplicado

España no puede presumir de ser un país pionero en el panorama televisivo. Y no me refiero a los contenidos, sino a las plataformas. A los dos canales públicos se les sumó una televisión autonómica en los 80, pero eso sólo en algunas comunidades (en otras, como Castilla-La Mancha o Extremadura, se tardó otros diez años o más en tener una televisión regional). Las tres privadas comenzaron en 1990, de las que sólo una, Canal + se acogió a la fórmula mixta de financiación por publicidad y pago por abonado. (Por cierto, comparad las primeras imágenes de Canal + con el vídeo presentación de Tele 5. Sin comentarios.). En cuanto al cable y el satélite, tampoco tuvieron un papel destacado frente a las televisiones generalistas, y de hecho, las dos plataformas de TV digital por satélite (Via Digital y Canal Satélite Digital) tuvieron que fusionarse debido a las pérdidas que tenía la primera de ellas al no haber mercado suficiente para las dos.

Pero, como se puede ver, el panorama ha cambiado mucho desde esos dos canales únicos (y públicos) que había en los 80 hasta la situación actual. La banda ancha ha potenciado en parte la oferta de televisión por cable, y ahora los operadores de telefonía nos ofrecen además la posibilidad de contratar canales televisivos. Y cómo no, el famoso apagón analógico y el consecuente tránsito a la no tan maravillosa Televisión Digital Terrestre.

La situación se ha vuelto muy complicada para una televisión que hace unos años estaba acostumbrada a reunir ante la pantalla audiencias millonarias y a gozar del privilegio de un público con escasa o nula segmentación. Además de la multiplicación de canales televisivos, surgen nuevas formas de acceder contenidos audiovisuales, como el móvil o internet, y en algunos casos, la cultura de colaboración de los usuarios (por ejemplo los sistemas peer to peer) se ha adelantado a la poca iniciativa de las plataformas.

En esta marea de opciones, Antena 3 ha optado por una estrategia que apuesta por la integración de todos los componentes del grupo en un solo corpus, pero sin calcar la identidad visual del canal matriz en sus derivados (como hace el grupo Rtve). La llaman televisión 3.0.

Aprovechando el nombre de la cadena, la plataforma juega con dos tríos (ellos hablan de tres): el de sus tres canales de televisión (Antena 3, Neox y Nova) y el trío de plataformas (TDT, internet y móbil). Dejaremos aparte las múltiples plataformas (que darían para un artículo aparte) para centrarnos en los canales.

Los dos canales de apoyo de Antena 3 ofrecen una programación multigénero (no son temáticos) y parte de su estrategia de programación se basa en la redifusión de los contenidos de A3, ya sea de los ofrecidos esa semana o rescatando series de ficción de otras temporadas. A pesar de esta redifusión en ambos canales, se aprecia que cada uno de los canales tiene un target de edad diferente (más joven para Neox, más maduro para Nova). La programación se completa con contenido exclusivo para cada canal, fundamentalmente ficción extranjera, en línea con la tendencia de dejar la producción propia a las cadenas generalistas. Neox presume de ser una de las opciones más vistas de la TDT, aunque bueno, en cuestión de audiencias quien no se consuela es porque no quiere. A pesar de todo, son muy pocos los estrenos que van directamente a Neox, y menos a Nova.

La cadena refuerza esta imagen de televisión 3.0 recuperando la idea de la chica de continuidad, que informa de próximos estrenos y alternativas en los otros canales y plataformas. No obstante, todo el esfuerzo de diversificación y de aprovechamiento de la segmentación de audiencia se va al traste cuando llegan los anuncios. Cuando Antena 3 hace una pausa, la programación se interrumpe automáticamente en las otras dos cadenas para poner exactamente los mismos anuncios (sólo cambian las promos de cada canal).

Desde el punto de vista del espectador, estos cortes son un atentado a la narrativa. Si ya me quejaba de que no se respetan las pausas dramáticas de las series, en Neox o Nova un intermedio puede irrumpir en mitad de una frase. Y claro, se fomenta la costumbre de bajar las series de eMule, que no tienen cortes ni nada.

En cuanto al aspecto publicitario, poner los mismos anuncios simultáneamente desperdicia la segmentación de audiencias que ofrece el canal. Puede que los anuncios lleguen a más espectadores, pero no creo que este mayor alcance compense la posibilidad de ofrecer una publicidad más eficaz al estar más adaptada a los grupos objetivos de cada canal. Tampoco hay que olvidar que la gente, en cuanto ve un intermedio, se pone a hacer zapping, y al haber anuncios en las otras cadenas se desperdicia otra oportunidad, la de que el espectador vea otra programación que le pueda interesar.

En definitiva, de momento sólo se habla de las excelencias de la TDT y sus múltiple posibilidades, pero no se aplican. La televisión 3.0 se ha quedado en poner anuncios en tres canales a la vez. Al final, la tecnología interactiva de la tele más usada sigue siendo el teletexto de toda la vida.

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