domingo, 10 de mayo de 2009

Quis custodiet ipsos custodiet?

"Quis custodiet ipsos custodiet?"
(¿Quién vigila a los vigilantes?)

- Sátiras, Juvenal, VI, 347. Citado como epígrafe del informe de la comisión Tower, 1987


Desde que vi Watchmen en el cine poco después de su estreno, me propuse dejar una reseña sobre la película. Lo que pasa es que quería hacer la comparativa con la novela gráfica, y la edición absolute editada por Planeta que me acababa de comprar esperaba aún a ser leída. Finalmente he ido sacando tiempo, y la verdad es que es uno de los cómics mas apasionantes que me haya echado a la cara.

Inicialmente editada a lo largo de 1986 y 1987 por DC, Watchmen es una novela gráfica escrita por Alaan Moore (V de Vendetta) y dibujada por Dave Gibbons (que ya habia trabajado con Moore en 2000AD, Superman y Green Lantern) que se compone de 12 tomos. En España, Ediciones Zinco la publicó en tomos en 1987, algo que intentó repetir Glénat sin éxito. Posteriormente, Norma Editorial la sacó en un solo volumen, y desde 2007, Planeta lleva reimprimiendo (ya van 4) su edición absolute, un tomo de 446 páginas, con el color mejorado y algo de materal adicional al final (textos de Moore y Gibbons acerca de la concepción de la obra, algunas páginas del guión de Moore, y bocetos varios de Gibbons).

Watchmen se ambienta en una realidad alternativa (la acción se sitúa en 1985, año en que Moore empezo a trabajar en la novela) en la que se intenta reflejar de forma lo más realista posible cómo serían las cosas si los superhéroes existiesen realmente. De hecho, de todo el elenco que aparece en Watchmen (tanto el grupo original, los Minutemen, como los vigilantes de los años 70), sólo uno de los personajes, el Dr. Manhattan, tiene verdaderos superpoderes. El resto son enmascarados con aptitudes atléticas y mentales algo superiores a la media. El argumento parte del asesinato de uno de ellos, el Comediante, ya retirado (aunque siguió trabajando de incógnito para el gobierno realizando trabajos sucios como asesinar a Kennedy). Rorschach, otro enmascarado, que sigue actuando al margen de la ley (los superhéroes son declarados ilegales en 1977), investiga lo sucedido, siempre bajo la sospecha de una de tantas conspiraciones que ve en todas partes (es lector habitual de un periódico sensacionalista). A partir de ahí, va encontrándose con el resto del grupo, y poco a poco vamos descubriendo el trasfondo psicológico de cada uno de ellos y la cronología de los dos grupos de enmascarados.

Aunque la idea de Moore era usar superhéroes ya existentes, de escasa popularidad y ya en decandencia, el tratamiento realista de la obra y la muerte de más de un personaje no encajaba del todo bien con la tendencia de DC de integrar todo el universo superheróico. Así pues, se crearon a los personajes desde cero, tan sólo inspirándose en sus homólogos de Charlton Comics.

Pese a que el argumento de Watchmen es ya de por sí atractivo, lo que hace a esta obra un fuera de serie es el tratamiento innovador de los superhéroes (alqo que continuaría Frank Miller con Daredevil y Batman) y el uso de técnicas que explotan al máximo las posibilidades narrativas del cómic, como explica este reportaje de elmundo.es. A pesar de que los colores son relativamente básicos en comparación al aspecto gráfico de un cómic actual, y el esquema de 3x3 viñetas que tiene cada página, donde hay pocas concesiones (desde la irrupción del manga las viñetas son mucho más dinámicas), a lo largo de Watchmen hay infinidad de detalles que pasarán desapercibidos a primera vista, y que hacen que la obra pueda ser disfrutada en sucesivas relecturas. No obstante, es innovador el modo de componer las viñetas, y la forma en que el color es un elemento narrativo: rojo para narrar algunos flashbacks, como la muerte del Comediante; azul cuando Búho Nocturno y Espectro de Seda duermen juntos, anticipándonos la irrupción del Dr. Manhattan... Las viñetas intercaladas de flashbacks, o las del cómic que un personaje secundario lee dentro del propio cómic, los Relatos de la Fragata Negra, forman una composición visual muy llamativa. Y aunque Moore rehuía de las técnicas cinematográficas para esta obra, los diálogos de unas viñetas colocados en las otras dan la impresión de una voz en off narrando las retrospectivas. Podría estar hablando de todo eso hasta saturar este blog.

Tras varios proyectos cancelados, finalmente la Warner sacó adelante el film, que ha sido dirigido por Zack Snyder (responsable de 300, basada en un cómic de Frank Miller). La película, de dos horas y cuarenta minutos de metraje, es a mi juicio una adaptación bastante decente.



¡Veanlo en HD y full screen, oigan!


La similitud argumental es máxima, respetando la ambientación original de los años ochenta (se pensó en trasladarla a una ambientación contemporánea), y aparecen casi todas las tramas del cómic, con la excepción más notable de los Relatos de la Fragata Negra, que al parecer será uno de los jugosos extras de la edición en DVD. No obstante, la estética de los uniformes se ha actualizado. Si el cómic usaba un color en la línea de los tebeos clásicos de superhéroes, el film se acerca más a las producciones actuales de enmascarados. Y así, Espectro de Seda tiene algunos cambios, aunque se asemeja mucho a su versión dibujada; Búho Nocturno es algo más intimidatorio, con un uniforme más oscuro y que recuerda vagamente al Batman de Nolan; mientras que el aspecto de Ozzymandias, parodia del peor Batman (estéticamente hablando), el de Joel Schumacher (vale, sin contar con la serie de TV) se aleja de su concepción inicial con reminiscencias egipcias. Esta estética moderna contrasta muy bien con el aspecto de los Minutemen, más parecidos a las producciones clásicas de superhéroes como Superman o la serie de TV de Batman, y que ayudan a situarnos en la cronología del cómic.

Quizá la mejor baza de la película es la secuencia de los títulos de crédito. Durante cinco minutos, mientras escuchamos The Times They Are a-Changin' de Bob Dylan (la Banda Sonora es otro fuerte de la película, al incluirse varios temas que se mencionan en el cómic) vemos una panorámica de la evolución de la realidad alternativa en la que se ambienta la obra, desde la foto de familia de los Minutemen originales a las protestas en la calle durante los setenta que acabarían por forzar la prohibición de las actividades de los superhéroes como guardianes de las calles.

Por lo demás, el cómic sirve de story-board para la realización de la película. Snyder vuelve a recurrir a la ralentización de movimientos (aunque sin abusar tanto como en 300, donde ya era un cachondeo), lo que le permite calcar algunas viñetas. Abundan los detalles en los planos, sacados de lo que aparece en la novela gráfica, pero éstos serán menos apreciables que el cómic, donde nos podemos recrear el tiempo que haga falta con cada viñeta. Quizá se podría haber trasladado el uso del color, pero no estoy seguro de cómo habría quedado. No obstante, está muy bien llevada la interpolación de los flashback.

El final (que no destriparé) varía ligeramente, en parte debido a la supresión de algunas tramas. Y aunque altera alguna parte significativa, mantiene cierta esencia. Además, el final del cómic me resulta raro, como si después de un tratamiento tan realista se usaran argumentos propios de revistas pulp de los cincuenta (supongo que será algo deliberado por arte de Moore), mientras que en la película parece estar mejor atado y está más en línea con el tono general del metraje. Pero aunque en sendas versiones la conclusión varíe, lo importante es que el argumento es el pretexto para explorar la compleja psicología de los personajes, para reflexionar sobre ciertas cuestiones (el tema de los recursos energéticos ha permitido que la película resultase actual pese a ambientarse en los ochenta) y en general para deleitarnos con la parte formal de ambas versiones. Y es en eso donde la adaptación de Watchmen me parece válida, en que mantiene la esencia de la novela: en los personajes, en la ambientación de inseguridad ante una guerra inminente, en la invitación a la reflexión. Si no habéis visto la peli o leído la novela, os recomiendo ambas.

1 impertinencias.:

Alfredo M. Pacheco dijo...

Vale, de las cosas que me he dejado en el tintero, quería destacar que la secuencia de los títulos de crédito es una parte completamente original de la película, y que sirve para condensar una información que en el cómic vamos viendo poco a poco a lo largo de la trama.

También, que el cómic, al estar editado originalmente en varios números, puede permitirse mejor cosas como abordar a los diferentes personajes (el Dr. Manhattan, Rorschach) en profundidad, uno cada número. En la peli lo llevan de la misma manera, pero al no existir esa división interna, no queda igual. Es una cuestión de discursos narrativos, sólo eso.

El efecto de las manchas en la máscara de Rorschach, que van cambiando continuamente, queda muy bien al trasladarlo a la película (seguro que en más de un plano, la viñeta estará reproducida en todos sus detalles, incluído ese).

El cómic planteaba por primera vez ideas como que los ciudadanos cuestionen a los guardianes de la ley, etc. Algo que por ejemplo ha hecho recientemente Marvel con su serie Civil War, aunque dentro de la lógica de su universo.