lunes, 23 de junio de 2008

Seguimos con el cine: Cotton Club

Antes de enviarme su crítica de Los puentes de Madison, David me había mandado otra reseña, esta vez del musical Cotton Club. Sí, ya sé que ando un poco vago. Pero al fin y al cabo, al material de David hay que darle salida. Bastante aguanta con esperar a que yo tenga hueco para poner sus entradas. Y la verdad es que el peculiar estilo de David cada vez me va gustando más. Así que aquí les dejo con la reseña de Cotton Club.

Muy buenas, amigos. Hacía mucho, muchísimo tiempo que no les mandaba una de mis critiquillas tras disfrutar de una peli, pero tras toda tormenta llega la calma y aquí llego yo con una nueva entrega, se trata de la película Cotton Club, por lo que si me permiten.....

Retomo el testigo donde lo había dejado, con el mejor sabor que el Harlem Neoyorquino puede mostrarnos, al ritmo de jazz y claqué y les invito a pasar una estupenda velada en el club más exclusivo de la Norteamérica de los años veinte, donde se entremezclan las luchas raciales entre blancos y negros; y cómo éstos consiguieron poco a poco, con más sudor, sangre y lágrimas que sonrisas, hacer valer sus derechos como ciudadanos y más aún, como personas, junto con el dominio de la ciudad por las mafias.

Si les seduce la idea ¡pasen pues al Cotton Club!

Mas, toda película, como toda historia, tiene un comienzo, y éste no es sino la historia de los no menos exclusivos personajes que frecuentan dicho club y de cómo Dixie Dwyer, atractivo trompetista en busca de fama y éxito, interpretado por Richard Gere, salva, de forma improvisada la vida a uno de los más temidos gánsteres de la ciudad, Dutch Schultz, “El Holandés”; a quien da vida Bob Hoskins. Éste se siente en deuda con él y decide incorporarlo a su nutrido grupo de, entre muy dudosas comillas, amigos.

A su vez, somos partícipes de las no menos interesantes vidas de otros personajes, como la de Sandman Williams, un exultante bailarín de color, interpretado por Gregory Hines, en busca, igualmente del estrellato, o, la ambiciosa a la par que peligrosa vida entre la espada y la pared de Vera Cicero, a quien da vida Diane Lane, la cua, es ascendida a la gloria y el poder gracias a su belleza y a ser la amante de El Holandés, mas el verdadero amor no entiende de riquezas ni argucias y su vida puede correr peligro ante la pasión prohibida que siente por Dixie.

Entre éstas y otras vidas entrelazadas, se dejan intuir los problemas y atrocidades a las que los negros se veían obligados a pasar, por el mero hecho de no ser iguales a los blancos en el exterior, como puede ser la prohibición de entrar a determinados sitios, como el night club en el que gira nuestra historia. Muestra de la manera más cruda el desprecio y la indiferencia por los seres humanos distintos a los demás y de igual forma en una de las escenas más románticas a la par que tiernas, en la que encontramos a Sandman y a su pareja en un hotelito con encanto, dando rienda suelta a su amor, en la cual, él le pregunta a ella por qué no quiere casarse con él y prefiere ser la secretaria blanca de un abogado, escuchamos como respuesta que (ella) quiere conseguir la fama y el estrellato por ella misma y que si sigue con el abogado es por que gana cinco veces más sueldo como secretaria blanca de tal abogado, que lo que jamás ganaría en el Cotton Club como bailarina negra y que si lo hace, es por que puede y sería una tontería no beneficiarse de su, también entre comillas, falta de color negro en la piel.

Asimismo tendremos que ser rápidos y agachar la cabeza en muchas ocasiones, mientras buscamos algún portal en el que guarecernos, si no queremos caer muertos entre el fuego cruzado de los matones y pistoleros a sueldo de los más grandes e ínclitos mafiosos que luchan por el poder en la ciudad, yo les recomendaría que estuviesen ojo avizor y que tuviesen cuidado con sus amistades en Harlem, je, je, je. Y es que nadie sabe las intenciones de un padre de la mafia veladas por el humo azulado de un cigarro a la luz mortecina de las candilejas del Cotton Club.

Pero, por favor, disfruten del espectáculo, siéntense y déjense llevar por el ritmo de la batería, la música de trompeta y disfruten de una buena copa de coñac y recuerden, si escuchan disparos a su espalda, no se preocupen… ¡Todo forma parte del espectáculo!

Cotton Club

  • Título original: The Cotton Club
  • 1984, Estados Unidos. 128 mins.
  • Director: Francis Ford Coppola
  • Guión: Francis Ford Coppola & William Kennedy
  • Música: John Barry
  • Fotografía: Stephen Goldblatt
  • Reparto: Richard Gere, Diane Lane, Gregory Hines, Nicolas Cage, Bruce McVittie, Lonette McKee, Bob Hoskins, James Remar, Allen Garfield, Gwen Verdon, Tom Waits, Jennifer Grey
  • Productora: Orion Pictures
  • Género: Musical. Drama
mighty_eldarion@hotmail.com (comentarios, sugerencias, preguntas, dudas e insultos en general).

lunes, 16 de junio de 2008

Dale ahí, Clint

El otro día, David se puso a buscar alguna película para ver después de comer. Le apetecía algo con acción, con disparos, con un héroe de los de antes, un tipo duro. Se dijo "vamos a ver alguna de Clint Eastwood". Así que se puso a buscar.

"¡Anda! ¿Y esta?
Los puentes de Madison. ¡Ey, esta no la he visto!"

Es lo que pasa cuando no te fijas en la portada. Total, que se puso a verla. Y aunque Clint no se cargó ningún puente durante la película, le gustó lo bastante como para mandarnos esta crítica. Por cierto, advierto que desvela un poco el argumento, pero incluso si no habéis visto esta película, tampoco leeréis nada que os sorprenda.

En esta ocasión, llega la hora de disfrutar de una grandiosa película de amor, uno de esos románticos filmes, en los que se funde el deseo con el deber, la rutina con la melancolía del recuerdo de un breve estadio de felicidad absoluta.

La verdad es que debo reconocer que tenía esta película entre otras tantas de mi videoteca y ahí estaba con su carátula informática cogiendo polvo entre los bytes y bytes de mi ordenador, pero hace unos días hablando con una gran amiga mía surgió esta película y tras disfrutar de una opípara comida y sin ganas de sestear me he tirao en el sofá para disfrutar de la misma.

Ya venía con una idea de lo que me iba a encontrar, mas ésta estaba muy muy cogida por alfileres y debo reconocer que ha sido una gratísima sobremesa; en sus poco más de dos horas de rodaje, descubriremos, junto a los protagonistas de la película, que no de la trama, el secreto que su madre, recién fallecida, quiere transmitirles; sobre todo para que sus vidas dejen de ser meras obligaciones, para que dejen de seguir el rol establecido por el mundo y si quieren, sólo si quieren, vivan con intensidad, como hizo ella durante cuatro hermosos días.

Como digo, todo comienza en la típica escena, en la que aparece el abogado familiar descubriendo el legado de la madre fallecida, tras abrir la caja de seguridad y dejar contrariados a los hijos de la difunta por su deseo expreso de ser incinerada y derramar sus cenizas sobre uno de los puentes del condado de Madison; sobre todo por tratarse de una familia cristiana y contravenir tal deseo los cánones de esta religión. Pero este detalle quedará eclipsado tras descubrir lo que se halla en la caja de seguridad, pues en ésta no se encuentran ni joyas ni altas sumas de dinero, si no simples cartas junto con unas fotografías en las que aparece la difunta madre y otro personaje, coprotagonista de la trama, un fotógrafo itinerante de la revista Nacional Geografic. Descubriéndose en parte el idilio amoroso que ambos mantuvieron durante cuatro días en los que el resto de la familia acudió a una feria estatal de muestras y ganado.

Además, tras estos duros momentos, descubren un diario en el que Franchesca, la madre fallecida, cuenta pormenorizadamente los detalles de tal aventura amorosa intentando reclamar de parte de sus hijos un “perdón” por el secreto de tal hecho y sobre todo por reclamar una comprensión pues pese a todo, sacrificó su vida por ellos, aunque más que su vida, sacrificó su deseo, la felicidad de estar con el ser amado, por no destrozar la vida de su familia.

Tras la indignación inicial por parte de los hijos de Franchesca, al saberse enterados del secreto, comenzamos a vivir los detalles de aquellos cuatro días tan lejanos en el tiempo, en unos inicios por la voz de sus hijos, para seguidamente viajar en el tiempo a aquella época y acompañar a Franchesca y Robert durante unas jornadas llenas de pasión, ternura y simbolismo.

Además de todo esto, en la pelicula se nos muestran todos los pros y los inconvenientes de vivir en una zona rural, en la que todo el mundo se conoce, donde no es preciso cerrar puertas y los niños pueden corretear sin miedo por las calles. Pero, la tranquilidad del lugar, el vivir en la naturaleza y la confianza entre vecinos, puede verse truncada por las habladurías y la reprovación de aquellos, si alguien de la comunidad se sale de las costumbres preestablecidas. Así pues, junto al pudor de unos primeros instantes, junto a la pasión desbordada, junto a la furia de los amantes, por saber que nada es eterno, viviremos el miedo por ser descubiertos y la duda sobre saber si lo que se está haciendo es correcto y más aún la incertidumbre de dejarlo todo para vivir con esa persona que te entiende, que conoce cada uno de nuestros pensamientos, con esa persona complementaria, cual llave a su cerradura, o seguir aquí donde uno ha afianzado sus raíces, donde goza de una vida felíz, pero tranquila y monótona; para finalmente sacrificarnos con Franchesca para que sus retoños y su marido no tengan que sufrir sin culpa alguna la incomprensión de los demás.

Aquella indignación de los vástagos irá transformándose durante la película en los momentos en que volvemos al presente, en comprensión, para finalmente truncarse en sorpresa por el descubrimiento de que su madre, lejos de ser una aburrida ama de casa, tenía una vida llena de sorpresas de la cual, ellos ni sospechaban y lo que es más importante, aquella indignación se convierte a la postre en enseñanza haciendo comprender a sus hijos, que quizás están incurriendo en los mismos errores que sus progenitores, al vivir unas vidas monótonas en las que pese al amor por la pareja no demuestran sus sentimientos ni comparten con el otro la felicidad diaria.

Así pues, disfruten de esta película como lo he hecho yo y dejen correr sus lágrimas si fuere preciso, pues sin duda también es una enseñanza de la que podemos sacar partido y al fin y al cabo, una película está hecha para entretener, pero si uno no se queda sólo ahí y trasciende en el mensaje, si saca algo en limpio y es capaz de utilizarlo en su beneficio, como dicen los franceses, chapó. (Aunque les seré franco… jamás entenderé que algo perfecto que es a lo que se refiere tal palabra, tenga que ver con sombrero, que es la traducción literal de la misma, como no sea lo que en nuestro idioma vernáculo equivale a “poner el punto sobre la i” como símbolo de cierre, de rematar algo con perfección, pero…. Me estoy llendo a la luna de Valencia…. Jejeje.)

¡Un abrazo y que se dé bien!

mighty_eldarion@hotmail.com (comentarios, sugerencias, preguntas, dudas e insultos en general).

viernes, 13 de junio de 2008

Traspasando archivos de servidor

Hola a todos:

Como sabéis, utilizo dos servidores de archivos para alojar los programas de Un día en la vida. Uno de ellos es Sendspace y el otro Megaupload. Cada cual tiene sus ventajas e inconvenientes. Megaupload tiene ese paso previo de espera para poder descargar que resulta bastante coñazo, y además las letras que hay que escribir al principio (que se generan aleatoriamente) no las detectan los lectores de pantalla que usan los ciegos. Sendspace no tiene estos problemas, pero a cambio tiene una capacidad máxima de almacenamiento y elimina archivos que no se descargan en 15 días. Eso me obliga a estar pendiente de ese servidor.

Pues bien, a la vista del coñazo que supone andar mirando día a día que no se haya perdido ningún archivo, y subiendo los que se borran (que al final siempre se borra alguno), voy a dejarlos todos en Megaupload. Los últimos programas ya los dejo allí, junto con un enlace temporal a Sendspace, ya que el colectivo invidente es de mis más fieles oyentes.

Iré cambiando de servidor los archivos conforme se vayan borrando y haya que subirlos de nuevo, no será de golpe. Los nuevos programas estarán disponibles un mínimo de 15 días en Sendspace como ya hacía con programas recientes (Mileuristas, La Naranja Mecánica...). Y si alguien desea descargar un programa antiguo y no puede acceder a Megaupload, sabe que mandando un correo o dejando un comentario, subiré encantado el programa en cuestión a Sendspace y le pasaré el enlace.

Nada más, impacientes. Si este fin de semana me queda un hueco libre dejaré una crítica cinematográfica de parte de David.

Hasta más ver, lectorcillos.

mighty_eldarion@hotmail.com (comentarios, sugerencias, preguntas, dudas e insultos en general).

viernes, 6 de junio de 2008

Tuvimos la Eurovisión que nos merecimos: FRIKIVISIÓN (2)

La verdad es que después de tanto tiempo me parece un poco absurdo hablar de la gala de Belgrado, lo que demuestra en parte que todo ha sido un boom del momento. Mucho ver a Chikilicuatre, mucha canción del verano adelantada, mucha resaca del día siguiente, pero nada más. Por lo que he leído, el personaje ficticio que nos representó habrá hecho ya su última actuación en el programa que lo parió (en el buen sentido de la palabra), esperemos que para poner fin a la bromita. Si la alargan más ya cansaría, como le pasó al otro pigmalión de Buenafuente, el neng de Castefa.

Pero hablemos de lo que nos interesa: los frikis que, junto con España, adornaron ese crisol cultural que es Eurovisión. No tardaron mucho en salir. Hubo un par de actuaciones del montón al principio: Alemania, creo recordar, Reino Unido (con una canción anodina; en el panorama pop podría funcionar tan bien o tan mal como cualquier otra; así acabaron los últimos empatados con Alemania y Polonia), y alguna más (no voy a poner el repertorio completo).

Entonces actuó Bosnia-Herzegovina con el primer freakazo de la noche. Un dúo del que recuerdo el curioso nombre del chico: Laca (no, para el pelo no). Los vecinos de los anfitriones desplegaron un bizarro montaje en el que se tendía ropa y aparecían unas novias más que maduritas. Verlos me proporcionó un consuelo: no seríamos los únicos que haríamos el ridículo. Eso sí, obtuvieron el doble de puntos que nosotros.

La siguiente gran actuación fue Finlandia, en octavo lugar. Con Teräsbetoni, el país escandinavo volvió a apostar por el heavy metal que les diera la victoria dos años atrás de manos de Lordi. Sin embargo, aunque en mi opinión bordaron el tema Missä Miehet Ratsastaa (Donde cabalgan los hombres) las votaciones relegaron a Finlandia al 22º puesto, sólo delante de los tres farolillos rojos.





¡Manolo! ¡Ponnos unas jarras de birra, una de bravas y otra de oreja!

Continuó el desfile de concursantes, alternando los más “eurovisivos” con alguna que otra rara avis. Me llamó la atención Croacia, con su abuelo rapero y ese toque folclórico con el acordeón y la bailarina. Armenia (al igual que Ucrania, que saldría más adelante) contaba con una atractiva intérprete cuyo ritmo supo animar al respetable. Y en ambos casos fueron premiadas con una generosa cantidad de puntos que las izaron a las posiciones cuarta y segunda respectivamente. Ucrania, de hecho, estuvo en liza por la primera plaza y se mantuvo casi siempre en el pódium. Islandia apostó por una canción eurodance bastante pastelera, y Turquía por el rock alternativo, aunque la actuación no me pareció demasiado brillante. No obstante, Islandia acabaron en 12ª posición con 68 puntos, y Turquía finalizaron séptimos.

Le tocó el turno a Letonia, de los que esperaba algo más. Aunque la canción puede que no fuera un bombazo, su propuesta me pareció cuanto menos divertida, con un look a medio camino entre los Mägo de Oz en concierto y la versión porno de Piratas del Caribe. Los Piratas del Mar, con una canción de título casi igual, Wolves of the Sea, zozobraron un poco. Es un tema muy “de estudio” y en directo es fácil que pierda fuerza, a pesar de su estribillo pegadizo y fiestero.





¿No sale Jesse James en este vídeo?


Siguieron algunas frikadillas más, como la de Francia con un intérprete barbudo que hizo extensiva su imagen a las coristas. Ucrania animó el cotarro (ya la he mencionado). Grecia fue una de las más aplaudidas, y hasta el último momento optó por la victoria. Personalmente no me entusiasmó. Una canción popera, propia de un triunfito. Eso sí, muy “eurovisiva”. España hizo aparición con su cantadísimo Chiki Chiki. No entiendo cómo el Chikilucuatre salió tan apocado al escenario. La canción es una chorrada, vale, pero le faltó fuerza, descaro. Supongo que fueron nervios, pero lo cierto es que los retoques que le hicieron al reggaeton una vez fue seleccionado para ir a Belgrado nunca me terminaron de convencer. Os dejo un último vídeo, el de Azerbaiyán (he tenido que mirar cómo se escribe; probad a decirlo en plan gañán: azer… ¡baiyáaaaaaaaan!), con una puesta en escena bastante curiosa, una confrontación ángel vs. demonio, aunque la canción tuvo opiniones dispares. No obstante, Day after day proporcionó al país debutante una más que meritoria octava posición.





Farinelli, me vas a dejar el tambor de Ariel, que quiero lavarme la ropa.

Las votaciones las vi en el bar y no me enteré mucho de los comentarios de Uribarri. Pude sacar en conclusión que sigue acertando un 95% de las veces, así que no me trago lo de la votación popular. Siempre queda el consuelo de que se votan entre amigos y así es imposible ganar: los escandinavos entre sí, los países del Este se apoyan… y España que se lleva fatal con sus vecinos. Bueno, no tanto. Portugal nos dio diez puntos y Andorra la docena. Claro, si no lo hacen dejamos de ir a comprarles móviles y les hundimos la economía. Nosotros le dimos la máxima puntuación a Rumanía, lo que me pareció curioso aunque no sorprendente. Tal vez sí sea cierto que las votaciones ahora dependen del público.

Pues así concluye la euroandanza de Chikilicuatre. Decimosexta posición de un total de veinticinco (inserte aquí su rima). No es un gran triunfo, pero aparte de las pajas mentales de algunos, no se esperaba llegar demasiado lejos. De hecho, hemos mejorado en el ranking respecto a ediciones anteriores (¡ay, las Ketchup!), y ha sido el festival más visto en años. La tontería no salió tan mal, al fin y al cabo. Cuando termino esta entrada, en efecto el programa de Buenafuente ha jubilado a Chikilicuatre [enlace], creo que con acierto. No obstante, el presentador de Reus se guardó un as en la manga. Chikilicuatre abandonó el plató subido a un coche fúnebre en el asiento del copiloto, no en el féretro, y al final del sketch se pudo leer sobreimpreso un ¿Continuará? Quién sabe si volveremos a saber de él. Pero una cosa es casi segura:

No en este blog.

mighty_eldarion@hotmail.com (comentarios, sugerencias, preguntas, dudas e insultos en general).

domingo, 1 de junio de 2008

Tuvimos la Eurovisión que nos merecimos: FRIKIVISIÓN (1)

Ya lo sé: ahora que se empezaba a pasar toda la resaca de Eurovisión y de si podíamos darnos por satisfechos con nuestra decimosexta posición, va el cansino este (un servidor) y pone un post sobre el trillado festival que vimos el pasado fin de semana. Pero es que la emisión me pilló fuera de Madrid y he tenido de por medio el programa de radio.

De la validez de la canción que participó por España no sé qué decir. Cuando la vi presentarse al concurso Salvemos Eurovisión propuesto por RTVE me pareció una desfachatez. RTVE debería haber dejado claro que sólo podían participar cantantes y músicos de verdad. Claro que… por esa regla de tres yo habría vetado a la mitad de los participantes. Y es que a cualquier cosa le llaman música: Operación Triunfo, King Africa, Alejando Sanz (os recuerdo que debutó como Alejandro Magno)… Rodolfo Chikilicuatre se beneficiaba además de una notoriedad exponencialmente superior a la de cualquiera de sus competidores gracias a su ventana escaparate, el programa de Buenafuente. No me convencía tampoco el sistema de votación, muy democrático gracias a internet pero también bastante sesgado. La red de MySpace tampoco es santo de mi devoción, manías mías, y los problemas técnicos, votos fraudulentos y polémicas no faltaron durante el proceso de selección. Las votaciones por internet aún no están demasiado consolidadas, y pasó lo que suele pasar, que cada uno vota al amigo, conocido, o candidato que le es afín por cualquier razón, todas las veces que puede (en este caso, un máximo de cinco al día). El Chiki chiki o como se escriba, uno de los pocos temas que había llegado al gran público, tenía una ventaja indiscutible. RTVE intentó enmendar sin éxito el fregado en el que se había metido, y buscó alguna irregularidad en la canción que ya se perfilaba como futura representante eurovisiva que le permitiese apearla de la competición. Pero al final llegó la gala y aunque el jurado repescó canciones que se habían quedado por votación y que se supone que tenían calidad suficiente para competir en la final de Belgrado (lo de siempre: mucha votación democrática, mucho dejar elegir al pueblo, pero intentamos colar lo que queremos nosotros), David Fernández fue el escogido para representarnos en Frikivisión caracterizado como Rodolfo Chiquilicuatre. Perrea, perrea.

Después de ver trozos sueltos de esa gala, pensé que Chikilicuatre era una opción acertada. Se trataba de un actor que sabía que hacía el payaso. El resto también hacían el payaso, pero se creían que sus canciones eran buenas, frescas, atrevidas, y adjetivos similares. Vale, no todos hacían el ridículo. Había algunos participantes que cantaban insulsa música de lo más comercialita. En los dos meses posteriores he oído todo tipo de tonterías acerca de la canción: que el autor de la letra era Santiago Segura (falso); que se trataba de un nuevo intento de El Terrat de mandar a un participante de su compañía para ridiculizar el festival después de una tentativa sin éxito de enviar a un concursante cantando en catalán; que si los documentales de La Sexta eran una maniobra de Buenafuente y TVE para promocionar al candidato; que detrás de la canción había oscuros intereses…

Baila el Chiki-chiki se habrá convertido en el politono más descargado. Qué se puede esperar de un país que ha vendido politonos hasta del ¿Por qué no te callas? que le espetó el rey a Hugo Chávez. Rodolfo Chikilicuatre fue en principio un gag del programa de Buenafuente a propósito de un músico que había inventado una guitarra con vibrador (se la puede ver formando parte de su atuendo), pero al ver el concurso propuesto para seleccionar representante eurovisivo, probaron suerte. ¡Y mira cómo se les ha dado! A las descargas del politono se le han sumado mil y una versiones alternativas. Si bien una de las más célebres es la perpetrada por El Gran Wyoming, llamada El Chiki-facha, mi favorita es la que ironiza sobre el lenguaje de programación JavaScript.

Como ya he escrito bastante. El comentario sobre la gala lo pondré dentro de unos días. Por otra parte, tengo en reserva un par de críticas de cine hechas por David, así que no van a faltar contenidos para el blog durante un buen tiempo.

mighty_eldarion@hotmail.com (comentarios, sugerencias, preguntas, dudas e insultos en general).