El otro día, David se puso a buscar alguna película para ver después de comer. Le apetecía algo con acción, con disparos, con un héroe de los de antes, un tipo duro. Se dijo "vamos a ver alguna de Clint Eastwood". Así que se puso a buscar.
"¡Anda! ¿Y esta? Los puentes de Madison. ¡Ey, esta no la he visto!"
Es lo que pasa cuando no te fijas en la portada. Total, que se puso a verla. Y aunque Clint no se cargó ningún puente durante la película, le gustó lo bastante como para mandarnos esta crítica. Por cierto, advierto que desvela un poco el argumento, pero incluso si no habéis visto esta película, tampoco leeréis nada que os sorprenda.
En esta ocasión, llega la hora de disfrutar de una grandiosa película de amor, uno de esos románticos filmes, en los que se funde el deseo con el deber, la rutina con la melancolía del recuerdo de un breve estadio de felicidad absoluta.
La verdad es que debo reconocer que tenía esta película entre otras tantas de mi videoteca y ahí estaba con su carátula informática cogiendo polvo entre los bytes y bytes de mi ordenador, pero hace unos días hablando con una gran amiga mía surgió esta película y tras disfrutar de una opípara comida y sin ganas de sestear me he tirao en el sofá para disfrutar de la misma.
Ya venía con una idea de lo que me iba a encontrar, mas ésta estaba muy muy cogida por alfileres y debo reconocer que ha sido una gratísima sobremesa; en sus poco más de dos horas de rodaje, descubriremos, junto a los protagonistas de la película, que no de la trama, el secreto que su madre, recién fallecida, quiere transmitirles; sobre todo para que sus vidas dejen de ser meras obligaciones, para que dejen de seguir el rol establecido por el mundo y si quieren, sólo si quieren, vivan con intensidad, como hizo ella durante cuatro hermosos días.
Como digo, todo comienza en la típica escena, en la que aparece el abogado familiar descubriendo el legado de la madre fallecida, tras abrir la caja de seguridad y dejar contrariados a los hijos de la difunta por su deseo expreso de ser incinerada y derramar sus cenizas sobre uno de los puentes del condado de Madison; sobre todo por tratarse de una familia cristiana y contravenir tal deseo los cánones de esta religión. Pero este detalle quedará eclipsado tras descubrir lo que se halla en la caja de seguridad, pues en ésta no se encuentran ni joyas ni altas sumas de dinero, si no simples cartas junto con unas fotografías en las que aparece la difunta madre y otro personaje, coprotagonista de la trama, un fotógrafo itinerante de la revista Nacional Geografic. Descubriéndose en parte el idilio amoroso que ambos mantuvieron durante cuatro días en los que el resto de la familia acudió a una feria estatal de muestras y ganado.
Además, tras estos duros momentos, descubren un diario en el que Franchesca, la madre fallecida, cuenta pormenorizadamente los detalles de tal aventura amorosa intentando reclamar de parte de sus hijos un “perdón” por el secreto de tal hecho y sobre todo por reclamar una comprensión pues pese a todo, sacrificó su vida por ellos, aunque más que su vida, sacrificó su deseo, la felicidad de estar con el ser amado, por no destrozar la vida de su familia.
Tras la indignación inicial por parte de los hijos de Franchesca, al saberse enterados del secreto, comenzamos a vivir los detalles de aquellos cuatro días tan lejanos en el tiempo, en unos inicios por la voz de sus hijos, para seguidamente viajar en el tiempo a aquella época y acompañar a Franchesca y Robert durante unas jornadas llenas de pasión, ternura y simbolismo.
Además de todo esto, en la pelicula se nos muestran todos los pros y los inconvenientes de vivir en una zona rural, en la que todo el mundo se conoce, donde no es preciso cerrar puertas y los niños pueden corretear sin miedo por las calles. Pero, la tranquilidad del lugar, el vivir en la naturaleza y la confianza entre vecinos, puede verse truncada por las habladurías y la reprovación de aquellos, si alguien de la comunidad se sale de las costumbres preestablecidas. Así pues, junto al pudor de unos primeros instantes, junto a la pasión desbordada, junto a la furia de los amantes, por saber que nada es eterno, viviremos el miedo por ser descubiertos y la duda sobre saber si lo que se está haciendo es correcto y más aún la incertidumbre de dejarlo todo para vivir con esa persona que te entiende, que conoce cada uno de nuestros pensamientos, con esa persona complementaria, cual llave a su cerradura, o seguir aquí donde uno ha afianzado sus raíces, donde goza de una vida felíz, pero tranquila y monótona; para finalmente sacrificarnos con Franchesca para que sus retoños y su marido no tengan que sufrir sin culpa alguna la incomprensión de los demás.
Aquella indignación de los vástagos irá transformándose durante la película en los momentos en que volvemos al presente, en comprensión, para finalmente truncarse en sorpresa por el descubrimiento de que su madre, lejos de ser una aburrida ama de casa, tenía una vida llena de sorpresas de la cual, ellos ni sospechaban y lo que es más importante, aquella indignación se convierte a la postre en enseñanza haciendo comprender a sus hijos, que quizás están incurriendo en los mismos errores que sus progenitores, al vivir unas vidas monótonas en las que pese al amor por la pareja no demuestran sus sentimientos ni comparten con el otro la felicidad diaria.
Así pues, disfruten de esta película como lo he hecho yo y dejen correr sus lágrimas si fuere preciso, pues sin duda también es una enseñanza de la que podemos sacar partido y al fin y al cabo, una película está hecha para entretener, pero si uno no se queda sólo ahí y trasciende en el mensaje, si saca algo en limpio y es capaz de utilizarlo en su beneficio, como dicen los franceses, chapó. (Aunque les seré franco… jamás entenderé que algo perfecto que es a lo que se refiere tal palabra, tenga que ver con sombrero, que es la traducción literal de la misma, como no sea lo que en nuestro idioma vernáculo equivale a “poner el punto sobre la i” como símbolo de cierre, de rematar algo con perfección, pero…. Me estoy llendo a la luna de Valencia…. Jejeje.)
¡Un abrazo y que se dé bien!
mighty_eldarion@hotmail.com (comentarios, sugerencias, preguntas, dudas e insultos en general).
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