El título de esta entrada bien podría ser por la puerta de atrás, y es que la emisión del último programa de Un día en la vida la hicimos en plena feria, y tanto el equipo habitual del programa como el resto de invitados que por allí estuvieron nos vimos como niños chicos a los que dejan solos campar a sus anchas. Por otra parte, bien es cierto que finalizamos nuestra etapa radiofónica en uno de los mejores momentos de nuestra corta carrera (bueno, no tan corta), y merece por tanto el título que he escogido.
Siguiendo el concepto creativo que ha dominado durante toda la temporada, en esta ocasión se trataba también de recuperar una historia. Y esa historia era la del propio programa. A lo largo de las secciones clásicas que solemos tener lo que hicimos fue contar cómo surgió el proyecto de Un día en la vida, de dónde salieron cada una de las secciones, el porqué de cada canción… También hablamos de los diferentes hitos del programa, como el que dedicamos a Victoria Francés, y que fue el primero en escucharse por la red. Fue a partir de entonces cuando comenzamos a grabar todas las emisiones (en directo o no) y a colgarlas, al principio en el anterior blog de Vade Retro, y luego en esta página, que se creó específicamente para el programa. La acogida en la red ha hecho que siguiésemos grabando año tras año, pensando más en los internautas que en los radioyentes.
El resultado es uno de los mejores programas que hemos hecho. Despojados de la solemnidad del Vida y milagros, nos dejamos llevar y hablamos como quien se dedica a contar batallitas mientras se toma unas cañas en el bar. Sin embargo, aquella vez teníamos bastante claro lo sobre lo que queríamos hablar, así que llegamos a un punto intermedio entre preparación y espontaneidad. No merece la pena hablar más sobre el programa: escúchenlo.
Cuando acabamos y conectamos con Radio Castilla-La Mancha, sólo estábamos las cuatro personas que habíamos estado en los micros. Un par de días después volví a Leganés. No hubo grandes despedidas, sólo lo que se puede oír en el programa. Sin embargo, no me siento triste. En absoluto. Han sido cuatro temporadas estupendas junto a David, pensando autores, buscando biografías y bibliografías, trayendo noticias, canciones y relatos. Recuerdo el cosquilleo que me invadía buscando datos y preparando las fichas para cada libro, los nervios del “tiene que estar todo preparado”, para al final hacer una hora de grabación. Esa hora era la punta del iceberg, lo que habéis escuchado vosotros. Hay trabajo detrás de esa hora de programa (para empezar, una hora de grabación suponía estar dos horas en el estudio). La retribución a esas horas de preparación, a esos viajes a Villanueva de los Infantes los fines de semana para grabar algún programa un sábado o domingo, ha sido el placer de hacer radio, ha sido la hora de programa, han sido los comentarios (alguno hubo) en el blog o por la calle.
Como decimos en el programa, Un día en la vida no acaba aquí. Vamos a preparar una web completa. La idea es extender el concepto del programa a la web, es decir, que sea la propia página la que os abra las puertas a la cultura. En lugar de ser un blog supeditado a un programa de radio, será un sitio web con diversos contenidos, entre ellos, los podcast. El programa de radio tenía un formato y una duración adaptados al medio. Como sabéis, al traerlo al blog quitábamos las canciones, tan necesarias en la radio pero supérfluas en un podcast. La radio, en definitiva, se nos quedaba pequeña. Es hora de expandirnos.
En serio, bajaos el programa, merece la pena. Y comente, demente.
mighty_eldarion@hotmail.com (comentarios, sugerencias, preguntas, dudas e insultos en general).
jueves, 23 de octubre de 2008
Por la puerta grande
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