domingo, 20 de mayo de 2007

Tratamiento de personajes en “Vade Retro! 2” (I)

Leí una vez algo de Vargas Llosa que venía a decir que un escritor le daba vida a sus personajes a través de sus propias experiencias, sentimientos, etc; y que el precio era ir perdiéndolas poco a poco. La vida propia dejaba de serlo al compartirla con el público, y la realidad y la ficción se van mezclando. Los personajes de un escritor tienen algo de él, y a su vez el escritor se va convirtiendo en sus personajes. Soy un amago de escritor joven y salvo por Vade Retro! sería novel aún. Escribo sobre lo que veo y vivo, sobre lo que se queda en mi mente, retenido. Y los que me conocen saben que no soy una persona demasiado extrovertida, que mi vida social es cada vez más tranquila, y que de no ser por la facultad o los cuatro trabajos basura que he tenido conocería aún a menos gente. Por tanto, varios de mis personajes reflejan facetas de mi personalidad o mi carácter, en especial los de mayor relevancia, a fin de intentar dotarles de una mayor profundidad. Las historias de mis personajes son diversas y han llegado a donde están por diferentes caminos. Estos son algunos ejemplos:

Chema: El protagonista de la saga (si bien en la primera parte es Jesús María el personaje más destacado) es el más claro exponente de lo que comentábamos antes. Vive en Leganés, como yo, e incluso en Vade Retro! (la primera parte) se intuye que en Villanueva de los Infantes reside por la zona en que yo mismo vivía cuando estaba escribiendo la novela. De hecho, la descripción física que hago de él es mínima, frente a otras más detalladas de personajes mucho menores. Muchas de sus reacciones y diálogos son tal y como creo que hablaría y reaccionaría de vivir una situación similar.

Las diferencias las establecí inicialmente en detalles simples. Chema goza de una salud aceptable y una forma física normal (físicamente yo soy mucho más débil), y no lleva gafas. Conforme avanzó la historia, y en especial en la segunda parte, donde Chema debe afrontar un abanico de situaciones sociales, el personaje se fue evolucionando y adquiriendo cierta personalidad propia. Así, Chema no tiene demasiado tacto y es muy directo a la hora de expresar sus opiniones e ideas. En la segunda parte corregí uno de los principales fallos de la primera, que es la insensibilidad de los protagonistas ante las muertes que se fueron sucediendo. Chema se siente responsable de muchos acontecimientos de Vade Retro! 2 y hay momentos en los que está a punto de colapsarse.

Merche: Supongo que la pregunta del millón para muchos escritores es la inspiración a la hora de crear personajes femeninos. Lamento decepcionar a muchos, pero Merche no está inspirada en ninguna persona real.

Cuando estaba finalizando Vade Retro!, sabía que necesitaría un personaje femenino nuevo, ya que la acción se trasladaba de escenario y Adela no estaría presente en las tramas principales. En lugar de introducir ese personaje ya en la segunda parte, lo presenté al final de la primera. Un recurso igual de malo, ya que se me ve venir desde lejos.

Merche actúa de contrapunto a su predecesora en la primera parte. Me desmarco del arquetipo de chica siniestra que era Adela y construí una persona más “mundana”. Desde el físico (más bajita y pelirroja) hasta la personalidad: es más activa, más vital, descarada… Mantiene, sin embargo, esa madurez y sangre fría que creía necesaria a la hora de afrontar las espeluznantes situaciones que se van dando en la saga (en eso se parece a Adela) y que echaba tanto de menos entre las chicas de mi edad que tenía a mi alrededor cuando estaba escribiendo la primera parte.

Rafa: Rafa es un personaje que se podría calificar como “carne de cañón”. Vendría a ser un sustituto del malogrado personaje de Pedro en la primera parte. Un personaje de apoyo que apenas es consciente de lo que está ocurriendo en la novela. Decidí añadirle un rasgo distintivo, en este caso, su asma. El inhalador que usa Rafa es un placebo, tal como sucedía en It de Stephen King (tengo un par de amigos asmáticos que no sé cómo no me han matado por este detalle… ni tampoco sé por qué no les consulté a la hora de crear un asmático creíble). No obstante, ese asma en parte psicosomático acaba jugando un papel decisivo en el devenir de Rafa.

A raíz de su enfermedad, Rafa es un personaje muy tímido y de escasas habilidades sociales. No se preocupa demasiado por lo que ocurre a su alrededor y a veces parece que no se da cuenta de lo que pasa delante de sus narices. La presencia de Rafa en la novela al final es menor de lo que esperaba en un principio.

Marcus: El excéntrico personaje fue quizá uno de los más improvisados de todo el libro. Lo introduje para satisfacer las necesidades de una trama concreta, y parece más una caricatura, una de esas personas que a menudo nos cuesta creer que desarrollan una vida completa. Sin embargo, vi que podría aportar algunas cosas al desarrollo del libro. Además de dar las primeras pistas sobre la asociación dirigida por Juan Carlos, su afán por la investigación hacen que indague en el secretismo de la secta y descubra muchas cosas… demasiadas, incluso. Fue la manera de hacerle llegar al lector esa información, en lugar de que fuese la propia voz del narrador la que revelase esos secretos, lo que habría supuesto dar unas explicaciones ajenas al progreso de los personajes.

Bueno, estos son los personajes de hoy. Más adelante hablaré de los que podríamos llamar “los malos de la película”, por decirlo de alguna manera. La próxima entrada será dentro de quince días, y en ella rescatamos otro de los programas de UDELV pertenecientes a los archivos de la radio.

Hasta entonces, podéis escribirme, preguntarme, comentar e insultar moderadamente en la dirección de siempre. Saludos y hasta la próxima.

mighty_eldarion@hotmail.com

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