martes, 19 de mayo de 2009

Arranca el juicio contra Pablo Soto

Pues eso, que a Pablo Soto lo han sentado en el banquillo. La noticia la recogen varios periódicos, algunos de forma más destacada que otros, aunque a mí siempre me gusta comparar al menos un par de versiones. Por si en alguna se les ha escapado algo, ya saben. Y para que no me digan que siempre cojeo del mismo pie.

Otra demanda más de la SGAE contra los que usan eMule, pensarán algunos. Pues no, no es exactamente otra demanda más. Hay algunas diferencias y espero que no sea el inicio de una tendencia.

En primer lugar, este caso no se juzga por lo penal. No se habla de que descargarse música sea un delito. Curiosamente, tampoco está la SGAE entre la acusación. Pablo Soto ha sido demandado por Promusicae (Asociación de Productores de Música de España) y las discográficas Warner, Universal, Emi y Sony BMG; y esta mañana estaba en el Juzgano de lo Mercantil nº4 de Madrid. La acusación reclama al demandado 13 millones de euros, que se supone que es lo que han dejado de ganar estas discográficas debido al uso de los programas de intercambio que desarrolló Soto. Mira por donde, al menos esta vez nos hemos dejado de hipocresías: nada de estás matando la cultura, chaval; lo que pasa es que con tus programas nosotros no ganamos pasta, y eso no puede ser.

Agotada definitivamente la vía penal, ahora las Industrias Culturales parece que empiezan a probar nuevos cauces por los que atacar el libre intercambio de ficheros. Soto me ha dado la impresión de ser un chaval que se ha tenido que vestir formal para la ocasión (no todos los días las discográficas te llevan a juicio y te piden una cantidad que no vas a ganar en la vida) y que cuando la ocasión lo requiere sabe expresarse con corrección. Ha estado muy bien en sus declaraciones a la prensa. Cuando se ha visto que la vía penal no funciona, no se puede perseguir a usuarios ni operadoras, ni a las páginas que facilitan enlaces, se han tirado a por los desarrolladores de software.

Y como aquí ya no se hablaba de matar a la cultura sino de ajustar cuentas, y nunca mejor dicho, los políticos no han dicho ni pío. Ni los del PSOE, que bastante tienen con lo suyo (¿en los portátiles que ha prometido ZP a los alumnos de 5º se podrán instalar programas P2P?) ni los del PP, que como no se puden meter con la SGAE ni con los artistas amiguitos de Zapatero, ni hay que pedir ninguna dimisión, pues no pintaban mucho. Además, ya se sabe que la derecha es poco aficionada a intervenir en cosas de economía.

Apuesto a que Pérez-Reverte diría eso de que sólo en España sentarían en el banquillo a un chico que ha desarrollado, no un programilla cualquiera con Java y Flash, sino todo un señor protocolo peer to peer (MP2P), y basados en ese protocolo, varias aplicaciones como Blubster o MaolitoP2P, con sus consecuentes aventuras empresariales. En lugar de reconocer sus méritos, lo denunciamos. Así nos va.

Los argumentos de la acusación son los de siempre: que tienen pérdidas por su culpa, que las aplicaciones de Pablo Soto son con ánimo de lucro, etc. Es muy difícil cuantificar el impacto económico del uso del P2P. Hay gente que nunca se va a comprar un disco de tal o cual artista, que si se lo bajan es porque lo tienen a huevo. Otros se bajan discos como pre-escucha, para ver si merece la pena dejarse los 15 eurazos mínimo que les va a costar la broma. Otros buscan canciones que no pueden conseguir en tiendas (son muy viejas, o son de grupos que no tienen distribución en su país). E incluso los hay que comparten material libre. Aunque las aplicaciones de Pablo Soto eran software propietario, y tenía versiones mejoradas de pago, Soto apostaba por el copyleft.

En resumen, esta nueva demanda nos deja un cierto temor a los que tenemos esperanza en el potencial de internet. Tememos que los futuros desarrolladores y programadores se cohiban por miedo a recibir demandas por el uso que haga la gente de sus programas. Tememos que al final se consigan imponer unas limitaciones arbitrarias y retrógradas sobre una tecnología maravillosa. Porque a pesar de la banalización de contenidos, de las modas y "fenómenos" que los periódicos alaban de tanto en tanto para luego certificar su muerte (blogs, redes sociales), a pesar de tanto bocachancla con tiempo libre, de vendedores de humo que se convierten en nuevos gurús de internet... debajo de todo eso, hay movimientos verdaderamente loables en la red. Como el software libre, que no aspira a ser el modelo dominante pero al menos te recuerda que hay vida más allá de Windows (y bastante mejor, por cierto). No hablo de la gran democracia universal (no todo tiene que serlo en internet). Pero tiene un potencial inimaginable.

Porque es precisamente eso: una red. Descentralizada. Voluntaria. Indestructible. Libre.

1 impertinencias.:

Anónimo dijo...

Como sigamos así un día veremos una denuncia a una fábrica de cuchillos de Albacete porque con sus cuchillos se ha matado a un hombre. O una denuncia a una fabrica de armas porque sus armas matan... Pero bueno, dónde hemos llegado? Yo compro un cuchillo lo que haga con él es responsabilidad mia, no del fabricante. Vamos digo yo. Van a denunciar al fabricante y/o distribuidor del Final Fantasy por los crimenes de la Katana??