lunes, 11 de junio de 2007

Tratamiento de personajes en “Vade Retro! 2” (II)

En su momento, hablé de un buen número de personajes de la novela: qué circustancias los inspiraron, por qué motivos se incluyeron en la novela y si cumplieron esa función, etc. No obstante, me dejé otros personajes sin comentar, no menos interesantes. Se les podría llamar “los malos”. Algunos mucho y otros no tanto. Pero son personajes que he cuidado con bastante detalle y merece la pena revisarlos.

Gregorio: el estudiante de tercero de Publicidad fue quizá una de las mayores sorpresas de la novela. Y lo digo porque el que iba a ser un personaje accesorio, puntual, se convirtió en uno de los más desarrollados en cuanto a personalidad y alcanzó una importancia inusitada. Gregorio surgió como necesidad de encontrar un punto en común entre Chema, el protagonista, y Juan Carlos, antagonista. Novato el primero y veterano el segundo, era difícil (o poco creíble) que ambos tuvieran asignaturas compartidas, incluso siendo optativas. Así pues, necesitaba a alguien que pudiese coincidir con ambos en diferentes asignaturas. Un chico de tercer curso era idóneo porque de acuerdo con el plan de estudios que estaba entonces vigente, en ese curso había una gran cantidad de asignaturas optativas y de libre elección. Además, en el momento de crear a Gregorio, estudiaba precisamente tercer curso, y me sentía cómodo creando a alguien que se movía según mis disparatados horarios. Opté por asignarle el turno de tarde (el resto de personajes estaban en el de mañana) y meterle en la carrera de Publicidad. Quizá el carácter reservado de Gregorio no pega demasiado con esa licenciatura, y en cambio habría encajado mejor en Periodismo. Pero quise hacer un guiño a los míos. Así, incluso el aula donde da clases es la que usó mi promoción en ese turno y curso.

Gregorio está directamente inspirado en un estudiante de mi facultad que me llamó la atención, pues se le veía en efecto solitario e introvertido. Un par de años más tarde, ya en quinto, recuerdo que llegué a coincidir con él en una optativa. No recuerdo su nombre. Al igual que con Marcus, escogí su apellido tomándolo de una persona que procede de la misma zona geográfica. El resto ya es fantasía mía: su carácter taciturno, su hastío, su actitud vital. Esbocé un pasado marcado por el desprecio y las puñaladas traperas y el resto fue saliendo de forma bastante fluida. Finalmente, tras cumplir su cometido inicial (desde el punto de vista narrativo), que era atraer a Chema hacia la Hermandad, se mantuvo ahí y fue partícipe bastante activo de más tramas, algunas de relativa importancia. Esto le arrebató un protagonismo que inicialmente estaba reservado a Rafa, pero me pareció un personaje más sólido para los acontecimientos en los que participó. Una de las escenas que protagoniza, su salida nocturna por la zona de Malasaña, es de mis favoritas, y su redacción fue una auténtica delicia: varias páginas de puro texto, sin apenas diálogo, escritas febrilmente en pocas sesiones. Un personaje que no es bueno ni malo, sino una pobre víctima de sus circustancias y de los deseos egoístas de otros personajes.

Iván: quizá otro de los personajes que no obtuvo la relevancia que me esperaba al planear Vade Retro! 2. Su misión es la de ser el comparsa de Juan Carlos, y los rasgos de personalidad están trazados con lápiz grueso: prepotente, arrogante, creído… y bastante estúpido en general. Un segundón que se arrima al caballo ganador y presume de la importancia de éste, ya que no puede hacer méritos propios. Como curiosidad, varié su aspecto físico (su corte de pelo) en el momento de revisar el primer borrador de la novela. El punto de humanidad de este personaje sólo sale a la luz al final de la novela, donde descubre el lugar que realmente ocupa y la clase de amigo que es realmente Juan Carlos.

Manu: el tosco boceto de un satánico de estética heavy-siniestra fue rescatado para un momento más tardío del libro. Me detuve a contar su historia y plantear la curiosa rivalidad entre Iván y él por ser el número 2 de la organización, y su actitud ante ese asunto. Para no crear una secta demasiado homogénea, Manu se desmarca de las cualidades de los otros miembros (Iván y Juan Carlos). Es sincero, honesto, y lucha por aquello en lo que cree. Es una suerte de satánista bueno, frente a los otros dos. No acepta la falsedad ni la hipocresía. Su infancia y adolescencia no han sido fáciles, y ha conseguido salir de ese infierno por sí mismo, sin ayuda. ¿Se nota mucho que he querido rescatarlo para la tercera parte?

Juan Carlos: la joya de la corona. El antagonista de Vade Retro! 2 se planteó desde el momento de empezar con la novela. En un primer vistazo, es un arquetipo de chico popular. Es apuesto, elegante y muy educado, y parece que allá donde va le siguen todos. Tiene éxito con las chicas y ostenta un cierto poder. Detrás de esa fachada, se esconde un chico que llega a tener rasgos de psicópata.

Hay muchas escenas dedicadas a contar la historia y circustancias de Juan Carlos. Desde Teresa, una antigua novia, que recuerda la relación que tuvo con él, en el capítulo cuarto, hasta los últimos capítulos que narran su origen antes de llegar a Madrid. Además de eso, amueblé la psique de Juan Carlos mediante una minuciosa descripción de sus posesiones discográficas. Este rasgo de coleccionismo le otorga al personaje más fondo, más tridimensionalidad, ya que los discos que escucha reflejan su personalidad, su manera de ser. Hay además un contraste algo chocante (que está a propósito en la novela), y es que un asesino en potencia, carente de empatía y sentimientos, posee una sensibilidad extraordinaria para la música.

He cuidado muchos detalles de este personaje y en mi opinión es de los más logrados. Hay algunos detalles peliculeros en su historia antes de entrar en la facultad, pero en general he tratado de ser lo más realista (o convincente) posible. Se observa cierto paralelismo con Patrick Bateman, el asesino protagonista de American Psycho, de Brett Easton Ellis, que también tenía gran afición por la música. Quizá el fallo más grande en su construcción es la variación de su papel en la novela. Al empezarla, Juan Carlos parecía alguien casi omnisciente: conocía la llegada de Chema, sabía que si atraía a Gregorio a la secta, Chema le seguiría, etc. Estaba pensado como alguien que podía invocar grandes demonios a su antojo. Sin embargo, esta concepción fue variando y se transformó al final, para adecuarse a las necesidades del libro. Juan Carlos, finalmente, es alguien que sólo ha visto diablos en sus sueños y es víctima de sus propias fantasías. Es ajeno a la diabólica partida entre el bien y el mal, tan solo una pieza desechable que ha resultado tremendamente oportuna.

Llegamos así al final de esta entrada. Espero que os haya parecido interesante y que no os haya destripado demasiado el argumento. Si aún no habéis leído Vade Retro! ¿a qué esperáis para descargarlo? Confío en haber picado vuestra curiosidad.

En breve, el último programa que me queda en la recámara. Después, el contenido de este blog se diversificará. Pero tranquilos, en agosto, UDELV volverá a emitir de forma regular, que podréis disfrutar luego en este blog. Ya iré adelantando los contenidos de la temporada de verano de 2007.

Hasta entonces, se agradecen comentarios y ya sabéis que podéis preguntar, pedir, insultar, etc, en esta dirección:

mighty_eldarion@hotmail.com

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