domingo, 17 de junio de 2007

Postre (Melocotones Helados), café y sudoku

Último programa de UDELV que rescato de los archivos. Y esta vez no me queda ninguno más. Un Día en la Vida volverá a emitir el próximo mes de agosto (con suerte, habrá algún programa suelto en julio), y ya estamos preparando la temporada de verano, que queremos que nos salga al menos tan bien como la del verano pasado.

Bien, el programa que nos ocupa hoy se grabó un fin de semana a mediados de mayo, y se emitió el jueves siguiente. Para que os situéis, la canción de apertura fue Hard Rock Hallelujah! de los finlandeses Lordi, que el sábado posterior a la emisión se alzaron con la victoria en el festival de Eurovisión. Sí, los que se disfrazaron de monstruos.

Contábamos con Beatriz Jiménez, nuestra petit Valkyria, en la cabina al frente del control técnico, esta vez sin su hermana. Fue, creo, su último programa a los mandos, ya que en verano, tras una emisión con nuestro compañero Fran Peinado, me quedé de forma perenne en el contro técnico. En el estudio, los últimos de filipinas: el incombustible David Enrique García y un servidor, recientemente nombrado Caballero de la Orden de Quevedo. Además de nosotros dos, David presentaba en sociedad al que desde entonces le ha prestado leal servicio, su perro guía Viento, un magnífico ejemplar de labrador amarillo.

En la sección Vida y milagros le dedicamos nuestro tiempo a la escritora bilbaína Espido Freire, por la que siento una especial predilección tras verla en las Jornadas de Literatura y Arte de Villanueva de los Infantes (un año después de que yo presentase en esas mismas jornadas la primera parte de Vade Retro!) y posteriormente en la presentación de una de sus novelas en Leganés. La novela comentada en este caso es Melocotones Helados, galardonada con el Premio Planeta 1999, lo que convertía a Espido Freire en la ganadora más joven en la historia de este premio. El libro cuenta cómo una joven recibe misteriosas amenazas que están destinadas en realidad a su prima, con la comparte nombre y los dos apellidos. A partir del exilio de la chica (Elsa) a casa de sus abuelos, Espido reconstruye la historia familiar, una historia repleta de secretos, verdades a medias y culpas enterradas.

Además de los comentarios sobre Espido Freire y su obra, adornados con mi pedantería habitual, tuvimos un Informativo insólito en el que hice una pequeña aportación. Mientras que David habló de un café muy especial (elaborado con los excrementos de cierto felino) y muy caro también, yo comentaba un artículo en el que dos matemáticos habían calculado todas las combinaciones posibles de sudokus, que no son pocas, por cierto.

Nos despedimos con la sección Érase que se era. Al parecer, el patito feo del espacio (no siempre es fácil contar con relatos de los oyentes) llevaba varias emisiones sin aparecer, y en lugar de eso, David traía diferentes podcast de internet. Con mi vuelta a los estudios, volvió también la sección. Tras explicar detalladamente las formas de conseguir Vade Retro! 2 (ahora mucho más fácil con este blog), leí un relato de Jorge Bucay que tenía ganas de llevar al programa.

En general, se nota que llevábamos preparado el contenido, y reina muy buena química entre los tres que hacíamos el programa. En el aspecto técnico, el archivo se ha comprimido a un bit rate variable, y sin perder calidad de sonido, he conseguido reducir considerablemente su tamaño. Posiblemente sustituya algunos de los programas existentes por archivos en los que use este método para agilizar las descargas. No hay cuña de este programa. Como he dicho en otras ocasiones, eso fue algo que empezamos a hacer a partir del verano siguiente.

Después de este programa, continuaré posteando en el blog, aunque no con tanta regularidad. Tal vez algunos comentarios más de las novelas, o puede que alguna entrada en plan “columna semanal”, al estilo de Pérez-Reverte. Si tengo redaños suficientes, intentaré mejorar la plantilla, pero no prometo nada.

Cuando empiece la emisión regular de UDELV en agosto, os avanzaré los contenidos, e intentaré llevar los programas tan pronto como pueda (no estaré en Leganés, no sé cómo trabajaré). Mantendré mi rutina de un programa cada dos semanas para así poder ir estirando el hilo.

Nos vemos pronto. A pocos días del comienzo del verano, hace un tiempo infernal más propio de octubre (mi enhorabuena de los de meteorología por su acertada predicción de que hoy mejoraría la cosa) y la liga de fútbol acaba por fin. Aprovechen estos domingos para ir a una cafetería tranquilamente, que ya no se llenará de energúmenos pendientes de lo que hacen veintidos mamarrachos jugando con una pelota.

Y si no, ya saben: pongan un libro en su vida.

mighty_eldarion@hotmail.com (comentarios, sugerencias, dudas e insultos en general)

lunes, 11 de junio de 2007

Tratamiento de personajes en “Vade Retro! 2” (II)

En su momento, hablé de un buen número de personajes de la novela: qué circustancias los inspiraron, por qué motivos se incluyeron en la novela y si cumplieron esa función, etc. No obstante, me dejé otros personajes sin comentar, no menos interesantes. Se les podría llamar “los malos”. Algunos mucho y otros no tanto. Pero son personajes que he cuidado con bastante detalle y merece la pena revisarlos.

Gregorio: el estudiante de tercero de Publicidad fue quizá una de las mayores sorpresas de la novela. Y lo digo porque el que iba a ser un personaje accesorio, puntual, se convirtió en uno de los más desarrollados en cuanto a personalidad y alcanzó una importancia inusitada. Gregorio surgió como necesidad de encontrar un punto en común entre Chema, el protagonista, y Juan Carlos, antagonista. Novato el primero y veterano el segundo, era difícil (o poco creíble) que ambos tuvieran asignaturas compartidas, incluso siendo optativas. Así pues, necesitaba a alguien que pudiese coincidir con ambos en diferentes asignaturas. Un chico de tercer curso era idóneo porque de acuerdo con el plan de estudios que estaba entonces vigente, en ese curso había una gran cantidad de asignaturas optativas y de libre elección. Además, en el momento de crear a Gregorio, estudiaba precisamente tercer curso, y me sentía cómodo creando a alguien que se movía según mis disparatados horarios. Opté por asignarle el turno de tarde (el resto de personajes estaban en el de mañana) y meterle en la carrera de Publicidad. Quizá el carácter reservado de Gregorio no pega demasiado con esa licenciatura, y en cambio habría encajado mejor en Periodismo. Pero quise hacer un guiño a los míos. Así, incluso el aula donde da clases es la que usó mi promoción en ese turno y curso.

Gregorio está directamente inspirado en un estudiante de mi facultad que me llamó la atención, pues se le veía en efecto solitario e introvertido. Un par de años más tarde, ya en quinto, recuerdo que llegué a coincidir con él en una optativa. No recuerdo su nombre. Al igual que con Marcus, escogí su apellido tomándolo de una persona que procede de la misma zona geográfica. El resto ya es fantasía mía: su carácter taciturno, su hastío, su actitud vital. Esbocé un pasado marcado por el desprecio y las puñaladas traperas y el resto fue saliendo de forma bastante fluida. Finalmente, tras cumplir su cometido inicial (desde el punto de vista narrativo), que era atraer a Chema hacia la Hermandad, se mantuvo ahí y fue partícipe bastante activo de más tramas, algunas de relativa importancia. Esto le arrebató un protagonismo que inicialmente estaba reservado a Rafa, pero me pareció un personaje más sólido para los acontecimientos en los que participó. Una de las escenas que protagoniza, su salida nocturna por la zona de Malasaña, es de mis favoritas, y su redacción fue una auténtica delicia: varias páginas de puro texto, sin apenas diálogo, escritas febrilmente en pocas sesiones. Un personaje que no es bueno ni malo, sino una pobre víctima de sus circustancias y de los deseos egoístas de otros personajes.

Iván: quizá otro de los personajes que no obtuvo la relevancia que me esperaba al planear Vade Retro! 2. Su misión es la de ser el comparsa de Juan Carlos, y los rasgos de personalidad están trazados con lápiz grueso: prepotente, arrogante, creído… y bastante estúpido en general. Un segundón que se arrima al caballo ganador y presume de la importancia de éste, ya que no puede hacer méritos propios. Como curiosidad, varié su aspecto físico (su corte de pelo) en el momento de revisar el primer borrador de la novela. El punto de humanidad de este personaje sólo sale a la luz al final de la novela, donde descubre el lugar que realmente ocupa y la clase de amigo que es realmente Juan Carlos.

Manu: el tosco boceto de un satánico de estética heavy-siniestra fue rescatado para un momento más tardío del libro. Me detuve a contar su historia y plantear la curiosa rivalidad entre Iván y él por ser el número 2 de la organización, y su actitud ante ese asunto. Para no crear una secta demasiado homogénea, Manu se desmarca de las cualidades de los otros miembros (Iván y Juan Carlos). Es sincero, honesto, y lucha por aquello en lo que cree. Es una suerte de satánista bueno, frente a los otros dos. No acepta la falsedad ni la hipocresía. Su infancia y adolescencia no han sido fáciles, y ha conseguido salir de ese infierno por sí mismo, sin ayuda. ¿Se nota mucho que he querido rescatarlo para la tercera parte?

Juan Carlos: la joya de la corona. El antagonista de Vade Retro! 2 se planteó desde el momento de empezar con la novela. En un primer vistazo, es un arquetipo de chico popular. Es apuesto, elegante y muy educado, y parece que allá donde va le siguen todos. Tiene éxito con las chicas y ostenta un cierto poder. Detrás de esa fachada, se esconde un chico que llega a tener rasgos de psicópata.

Hay muchas escenas dedicadas a contar la historia y circustancias de Juan Carlos. Desde Teresa, una antigua novia, que recuerda la relación que tuvo con él, en el capítulo cuarto, hasta los últimos capítulos que narran su origen antes de llegar a Madrid. Además de eso, amueblé la psique de Juan Carlos mediante una minuciosa descripción de sus posesiones discográficas. Este rasgo de coleccionismo le otorga al personaje más fondo, más tridimensionalidad, ya que los discos que escucha reflejan su personalidad, su manera de ser. Hay además un contraste algo chocante (que está a propósito en la novela), y es que un asesino en potencia, carente de empatía y sentimientos, posee una sensibilidad extraordinaria para la música.

He cuidado muchos detalles de este personaje y en mi opinión es de los más logrados. Hay algunos detalles peliculeros en su historia antes de entrar en la facultad, pero en general he tratado de ser lo más realista (o convincente) posible. Se observa cierto paralelismo con Patrick Bateman, el asesino protagonista de American Psycho, de Brett Easton Ellis, que también tenía gran afición por la música. Quizá el fallo más grande en su construcción es la variación de su papel en la novela. Al empezarla, Juan Carlos parecía alguien casi omnisciente: conocía la llegada de Chema, sabía que si atraía a Gregorio a la secta, Chema le seguiría, etc. Estaba pensado como alguien que podía invocar grandes demonios a su antojo. Sin embargo, esta concepción fue variando y se transformó al final, para adecuarse a las necesidades del libro. Juan Carlos, finalmente, es alguien que sólo ha visto diablos en sus sueños y es víctima de sus propias fantasías. Es ajeno a la diabólica partida entre el bien y el mal, tan solo una pieza desechable que ha resultado tremendamente oportuna.

Llegamos así al final de esta entrada. Espero que os haya parecido interesante y que no os haya destripado demasiado el argumento. Si aún no habéis leído Vade Retro! ¿a qué esperáis para descargarlo? Confío en haber picado vuestra curiosidad.

En breve, el último programa que me queda en la recámara. Después, el contenido de este blog se diversificará. Pero tranquilos, en agosto, UDELV volverá a emitir de forma regular, que podréis disfrutar luego en este blog. Ya iré adelantando los contenidos de la temporada de verano de 2007.

Hasta entonces, se agradecen comentarios y ya sabéis que podéis preguntar, pedir, insultar, etc, en esta dirección:

mighty_eldarion@hotmail.com

domingo, 3 de junio de 2007

A 14 €uros, oiga, que lo traigo barato!!!

Bueno, aquí estoy de vuelta tras mi periplo por la ciudad de Hispalis. ¿Me echábais de menos? Seguro que no, pero yo sigo en mi empeño de que escuchéis el programa. Ante todo, decir que la estancia en Sevilla, en compañía de mi compañero en UDELV David Enrique García, ha sido toda una experiencia. Si ya me parecía surrealista acompañar a un ciego en un viaje turístico, más lo fue cuando se nos unieron a la fiesta varios de sus amigos. Así pues, un gran saludo al propio David y también a Gorgue, Simancas, José Carlos, Cristina y Manoli. Y el abrazo más especial para mi anfitriona Rocío, a la que ahorraré el sonrojo de extenderme en palabras de agradecimiento.

A lo que vamos. Hoy os presento un programa de UDELV que se grabó durante las navidades de 2005. Si recordáis la entrada sobre el programa de la novela Lolita (titulada “Juventud, divino tesoro”), esa emisión y la que traigo hoy se grabaron el 24 y el 31 de diciembre de 2005 respectivamente. Tengo muy buenos recuerdos del día 31. Nos reunimos casi todos los integrantes de la radio y brindamos por el nuevo año. Después, nos dejaron el estudio para grabar. Volví a olvidarme la botella de agua, como me ocurrió en el anterior programa, pero al menos esa vez tenía la sidra a mano…

A los mandos técnicos contamos en esa ocasión con nuestra petit Valkyria, Beatriz Jiménez, que pudo sacar un hueco de su apretadísima agenda (Bea ¿qué va a ser de ti en la facultad o cuando ya trabajes?). También andaba por allí su tímida hermana, Teresa, a la que podemos oír a duras penas saludar. La presencia de las hermanas Jiménez en cabina tuvo como consecuencia inmediata un dominio absoluto de la música heavy en los temas que salpicaron la emisión de ese día.

El autor del que hablamos fue el francés Frédéric Beigbedere (Neully-sur-Seine, 1965), vinculado al mundo publicitario, y responsable de algunas “joyas” como El amor dura tres años, Windows of the world, y 13’99€, novela de la que nos ocupamos en el programa.

El título original de 13,99€ era 99 francos, cifra que correspondía al precio de venta de la novela. Poco después, con la conversión a la monéda única europea, el propio libro fue bautizado de acuerdo con la nueva divisa, lo que convierte a esta obra, que trata sobre el capitalismo salvaje y el discurso publicitario más radical, en una víctima de su propio objeto. Interesante ¿verdad? Y dicho sea de paso, ver el título del libro en euros le permite al españolito de a pie, como un servidor, hacerse una mejor idea del valor de éste, ya que la conversión franco-peseta no era precisamente mi fuerte. Y si pagar catorce euros se os hace caro, la edición de bolsillo vale la mitad.

En cuanto al argumento, 13,99€ es una novela poco convencional en la que la crítica social y el manifiesto se hacen notar, muy en especial al principio. Octave Parango es un ejecutivo publicitario (de los que son ricos, como en las películas) que por motivos de conciencia decide escribir la novela que nosotros estamos leyendo a fin de ser despedido de la agencia. Se rumorea que, curiosamente, Beigbeder sí logro tal fin. El libro se divide en seis partes (yo, tú, él, nosotros, vosotros y ellos), narradas en la persona verbal respectiva. Entre parte y parte hay un anuncio inventado, cada vez más macabro. Con grandes dosis de acidez, ironía y humor negro, el lector va descubriendo los (presuntos) secretos que se esconden tras el (presunto) glamour del mundo publicitario. Este libro ha conseguido hacer llorar de impotencia a esperanzadas estudiandes de Publicidad y RR.PP. Y si bien al final la cosa desvaría demasiado y hay que tomárselo como lo que es (una novela, es decir, ficción), no está de más que se nos recuerden algunas miserias de este grandioso estado del bienestar y del consumismo. Recomendado como forma de prepararse para otros autores críticos y de mayor peso, v.gr.: Noam Chomsky o Naomi Klein.

Un libro muy adecuado para un programa que se emitió en enero, en plena resaca de los reyes magos, para atizar los sentimientos de culpa propios de la cuesta de enero. Para seguir en la línea, en el Informativo Insólito, además de hablar de un calentador de agua basado en las microhondas, dimos un decálogo para mitigar los efectos de las copiosas comidas navideñas: consejos prácticos y sensatos que no prometen milagros pero que son una buena orientación. Para terminar, en el Érase que se era recurrimos a material de mi propia cosecha. Bueno, en este caso, se trata de una idea de mi amigo Jesús Montalbán, un relato que estuvimos escribiendo entre los dos y que, por diversas causas, se quedó inacabado. El proyecto, titulado Ángela, es una historia de amor más o menos al uso, aunque con elementos sobrenaturales. En la sección, leo la primera escena del primer capítulo.

Bueno, como conclusión, un programa en el que se percibe mucha complicidad entre todos los miembros del equipo y un feeling constante durante toda la emisión. En lugar de preocuparnos por hacer una grabación impecable, mantenemos un ambiente cordial, entre amigos, que le da mucha fluidez. También me ha permitido comprobar que a partir de la temporada 2006 mejoramos mucho.

La próxima semana, volvemos con más aspectos sobre los personajes de Vade Retro! Sólo me queda un programa en los archivos, así que además de las novelas y UDELV, espero añadir otros contenidos al blog. No obstante, pronto empezaremos a preparar la temporada 2007 de vuestro programa favorito, que llevaremos aquí tan pronto como nos sea posible.

Un saludo y que se dé bien. Y recuerden: pongan un libro en su vida.

mighty_eldarion@hotmail.com (comentarios, dudas, peticiones e insultos en general)

  • 13,99€, por Frédéric Beigbeder
  • Anagrama, panorama de narrativas. 2000. 13,99€
  • Quinteto. Formato bolsillo. 272 págs. 6,95€ (edición comentada)